La mañana que murió Sarito Ramos caía una lluvia dispersa. No provenía de las nubes, ausentes aquel mayo de principios de los setenta, bajaba salada por las mejillas de los mayores. Mamá terminó de colocarme los lazos en el pelo y desde el patio se vislumbraba el mar en el horizonte, y un velero luminoso que parecía anclado sobre las aguas. Salí a la calle, una vecina me preguntó si ya la había visto, ¿a quién? y esposó su mano a mi muñeca y me introdujo en el zaguán de la casa donde tanto había jugado con Saro. Murmullos, gemidos y llantos se abalanzaron sobre mí, a medida que iba penetrando en los lugares comunes. Me arrastró a una habitación donde la madre se mecía los cabellos y el padre parecía estar bajo los efectos de una gran borrachera y entonces la vi, inánime, envuelta en un vestido blanco, embutida en un ataúd del mismo color.
Logré zafarme y salir corriendo. Aquel día anduve huidiza, espantada, incapaz de comprender la escena reciente que parecía sacada de un mal sueño. Más tarde, mi cerebro se inundó con una riada de preguntas, una tormenta de incógnitas, un laberinto sin salida. Y dejé de hablar. Comencé a ausentarme, a perderme por los senderos, buscando en los caminos por dónde se iba al cielo. Escalé laderas, trepé a los árboles hilvanando pensamientos con recuerdos, tarareando, en la mente, las canciones con las que saltábamos al tejo. Y la familia se alarmó porque no hablaba. El médico diagnosticó que me encontraba bajo los efectos de una gran impresión y que se me pasaría. Se multiplicaron las excursiones a la montaña y a la playa, la vuelta a la isla, visitas al Teide y hasta a la Virgen, pero siempre terminaba escabulléndome. Harta de no hallar respuestas en el entorno, la lectura se volvió mi refugio y puesto que el sonido de la palabra no acudía, comencé a escribir. Primero investigué qué era la nada, qué era eso de morir y no volver nunca más, luego envié cartas a Saro y un buen día me encontré con Alicia en el País de las Maravillas y salí corriendo a contárselo a mi prima. Y al poco tiempo yo quería ser Anna Karenina, casada y con un amante, aunque tuve claro que cambiaría el final. Y, en tropel, llegaron todos los autores rusos y Moscú fue mi segunda ciudad. Y una idea comenzó a inocularme el futuro, los proyectos, los caminos se me volvieron cortos y decidí que debía ir a buscar a Tom Sawyer y Huckelberry Finn al Misisipi, y a Gabriela Mistral a Chile, y Cervantes a La Mancha… Entretanto, mientras esperaba impaciente ser mayor, seguiría devorando historias, creando universos paralelos, inventado aventuras, amigos, viajes a lugares imaginarios. Vivía la inmensa felicidad de habitar en varios mundos simultáneamente y podía emigrar de uno a otro sin fronteras, sin aduanas, sin pasaporte. Volví a tener habla aunque dicen que nunca la recuperé del todo.
Logré zafarme y salir corriendo. Aquel día anduve huidiza, espantada, incapaz de comprender la escena reciente que parecía sacada de un mal sueño. Más tarde, mi cerebro se inundó con una riada de preguntas, una tormenta de incógnitas, un laberinto sin salida. Y dejé de hablar. Comencé a ausentarme, a perderme por los senderos, buscando en los caminos por dónde se iba al cielo. Escalé laderas, trepé a los árboles hilvanando pensamientos con recuerdos, tarareando, en la mente, las canciones con las que saltábamos al tejo. Y la familia se alarmó porque no hablaba. El médico diagnosticó que me encontraba bajo los efectos de una gran impresión y que se me pasaría. Se multiplicaron las excursiones a la montaña y a la playa, la vuelta a la isla, visitas al Teide y hasta a la Virgen, pero siempre terminaba escabulléndome. Harta de no hallar respuestas en el entorno, la lectura se volvió mi refugio y puesto que el sonido de la palabra no acudía, comencé a escribir. Primero investigué qué era la nada, qué era eso de morir y no volver nunca más, luego envié cartas a Saro y un buen día me encontré con Alicia en el País de las Maravillas y salí corriendo a contárselo a mi prima. Y al poco tiempo yo quería ser Anna Karenina, casada y con un amante, aunque tuve claro que cambiaría el final. Y, en tropel, llegaron todos los autores rusos y Moscú fue mi segunda ciudad. Y una idea comenzó a inocularme el futuro, los proyectos, los caminos se me volvieron cortos y decidí que debía ir a buscar a Tom Sawyer y Huckelberry Finn al Misisipi, y a Gabriela Mistral a Chile, y Cervantes a La Mancha… Entretanto, mientras esperaba impaciente ser mayor, seguiría devorando historias, creando universos paralelos, inventado aventuras, amigos, viajes a lugares imaginarios. Vivía la inmensa felicidad de habitar en varios mundos simultáneamente y podía emigrar de uno a otro sin fronteras, sin aduanas, sin pasaporte. Volví a tener habla aunque dicen que nunca la recuperé del todo.
La Literatura es la mejor amiga del alma, nos hace crear, recordar y olvidar (como en este caso), aquellos mundos deseados, perdidos o rescatados a través de la magia de sus palabras.
ResponderEliminar"La mañana que murió Sarito Ramos caía una lluvia dispersa. No provenía de las nubes, ausentes aquel mayo de principios de los setenta, bajaba salada por las mejillas de los mayores".
Cómo decirte, querida Felicidad, lo que transmite el primer párrafo de tu relato. No solo, en mi opinión, condensa el resto del contenido del texto, sino que nos transporta, como decía antes, a esas regiones de la imaginación donde solo la Literatura sabe sus atajos y sus senderos.
Tu texto es, como no podía ser de otra manera, formidable. Es una lanza echada a favor del valor terapeútico de la literatura, es un amigo que habla de su amistad con la literatura, es una metaliteratura que me ha emocionado.
Disculpa mi vehemencia, pero es que escribes tremendamente bien, Felicidad. Todos los que nos acercamos a tu rincón lo sabemos y disfrutamos.
Un fuerte abrazo.
QUÉ HERMOSO RELATO, ME HAS HECHO VIVIR DE CERCA LO QUE CUENTAS. CREO QUE DE ALGUNA MANERA A TODOS NOS HA PASADO ESTAR CONVIVIENDO CON PERSONAJES LITERARIOS.
ResponderEliminarES MUY PLACENTERO LEERTE!! UN BESO
PATRY
Un sentido recorrido y por fin, el refugio de la lectura de aquellos libros emblematicos que acompañaron nuestra infancia y juventud. Esos amigos que nunca nos fallan y nos cobijan en el dolor.
ResponderEliminarEs una entrañable historia. Un beso muy grande allende los mares para mi querida Felicidad.
Felicidad
ResponderEliminarEstaba impaciente porque publicaras, me encanta leerte.
Describes tan bien, como se entremezcla nuestro mundo , con los personajes de la literatura, al igual que describes magnífico, las sensaciones que se sienten en la niñez. Eres una gran escritora y es un verdadero placer leerte...
Besitos en el alma
Scarlet2807
Felicidad,tu texto precioso y sugerente,me ha recordado a una niña,que también buscaba el cielo en los ojos de los mayores,en el misterio de las monjas en el colegio...y por fin encontró una puerta mágica en los libros,ellos la ayudaron a construir su mundo.
ResponderEliminarTe felicito y hago mio tu relato,cuánto me alegro de que internet me haya puesto en contacto contigo,porque tu post me ha dado la llave para entrar de nuevo al mundo de mi infancia,de mi adolescencia y de la literatura.
Mi abrazo grande por ese amor a las letras,que llevas implícito en el alma y que tan maravillosamente nos comunicas,amiga...!
FELIZ SEMANA,AMIGA.
Que precioso relato Felicidad, y que cierto el hecho de que muchas veces, comenzamos a escribir o nos aficionamos a la lectura, por algún hecho que tambaleó nuestras vidas, y nos hizo buscar el asidero y el refugio de la creación de mundos paralelos donde sentirnos a resguardo, y buscar la evasión, siempre gratificante de la creación artística.
ResponderEliminarQue buen gusto deja siempre el leerte, amiga.
Un fuerte abrazo
Hermoso texto que lleva en sí la invitación a disfrutar del infinito mundo de los libros y del deliete con ellos.
ResponderEliminarGracias por ello....
Mis felicitaciones
Marisa, la literatura tiene tantas posibilidades y recursos que adentrarnos en ella es un viaje sin retorno, un territorio de exilio, de refugio o de paraíso. Esta historia emergió de una de esas zonas.
ResponderEliminarTus comentarios, en lo que a análisis del texto se refiere, tiene un gran valor para mi, entre otras cuestiones, porque siempre interpretas certeramente lo que he plasmado pero, sobre todo, lo que no he escrito de una forma legible, pero que es un relato paralelo que se camufla entre línea y línea. No sé como agradecer tu constante estímulo y la generosidad de tus comentarios. Gracias por leerme cada semana. Es una compensación a este duro y apasionante oficio de escribir.
Un gran abrazo amiga.
Patricia, bienvenida al Café Literario, es un placer contar con tus opiniones y compartir este mundo de la escritura que nos une y nos permite intercambiar sensibilidades. Espero seguir contanto con tu amable presencia.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte a Mendoza
Carolina, tienes razón, los libros, desde la infancia, forman una especie de castillo inexpugnable, que unas veces nos cobija, otras nos enseña, nos divierte, nos salva y nos lleva por la vida de una manera más apasionada y sensible.
ResponderEliminarGracias amiga por venir y por la amabilidad de tus comentarios.
Un fuerte abrazo.
Scarlet, la lectura desde la infancia es ese primer primer peldaño para subir por las escaleras que conducen al cielo de la literatura. Cuanto primero empecemos a escalarlo más disfrutaremos porque es muy corta la vida y muchos libros que leer.
ResponderEliminarEs un placer contar contigo en este Café Literario, que me leas cada semana, es un lujo.
Un gran abrazo
María Jesús, me hace feliz que el relato haya sido como un pasaporte con el que hayas podido viajar a esos mundos de la infanica y la adolescencia que, en realidad, no están tan alejados, habitan mucho más próximos de los que, a veces, somos conscientes. Los que experimentamos esta pasión por la literatura compartimos miradas y experiencias comunes que tiene su origen en abrir un libro y pasar páginas.
ResponderEliminarUn enorme abrazo amiga
María, tú lo expresabas muy bien en la última entrada que publicaste en tu blog: http://asomadaenlaventana.blogspot.com/2011/05/leer-para-escribir.html, sobre cómo la lectura constituye la base insoslayable para poder escribir. Coincido con lo que planteas en ese magnífico ensayo y de cómo esos uatores y sus obras nos marcan y son el punto de partida de tantos caminos.
ResponderEliminarMaría, estoy muy feliz que transites por el Café Literario y contar con tus siempre amables comentarios.
Un enorme abrazo amiga y feliz semana en Caracas
Francisco, bienvenido al Café Literario, me es grato contar con tus comentarios y conectar con lo que se está haciendo literariamente en otros lugares del mundo, como es Colombia.
ResponderEliminarEspero seguir contando con tus visitas.
Un fuerte abrazo
QUERIDA FELICIDAD
ResponderEliminarESE RELATO ME HACE ACORDAR A MI VIDA DE NIÑA.
ME REFUGIABA EN LA LECTURA PARA NO SENTIR EL VACÍO DE LA SOLEDAD, PORQUE SOY HIJA ÚNICA Y EN MI CASA LAS PERSONAS MAYORES ESTABAN EN SUS COSAS.
LOS LIBROS FUERON SIEMPRE MIS ALIADOS.
BESITOS
CARIÑOS PARA TI
Luján, la ternura de tu comentario pone de manifiesto que habitar entre libros desde la infancia y, más tarde, formar parte de ellos, convierte al ser humano en menos solitario. Pero de ese exilio de los mayores a los territorios de la palabra, nos ha permitido conocer y disfrutar de una poetisa como tú, Luján.
ResponderEliminarUn gran abrazo, amiga.
Cuando tenía 6 o 7 años, murió un niño en mi barrio, fue el primer encuentro que tuve con el misterio de morir...le pregunté a mi madre el porque?
ResponderEliminarMi ingenuidad me hacía creer que solo los ancianos morian, cuando leí tu relato me trajo ese recuerdo.
sentí miedo en ese entonces, como el miedo de tu personaje, no enmudecí pero estuve varios dias silenciosa además de apenada.
-el miedo enmudece-, queda en el interior, los antiguos chamanes, lo curaban en el centro del estómago, lo que sería el plexo solar, para que la persona "vomitara" las palabras no dichas,porque de lo contrario, según ellos enmudecian.
Excelente relato querida Felicidad!
un abrazo inmenso.
y Tom Sawyer, fue el primer libro que leí, me lo regalo un vecino.
Felicidad anoche leí tu magnifico texto pero tenía algo de prisa y no te dije nada, al acostarme me acompañaron tus palabras que se unieron a mis mundos paralelos, porque amiga tu texto es de esos que dejan regusto y ganas de venir a por más.
ResponderEliminarMe ha encantado
Mil besos y espero que los chichas vuelvan pronto a pisar el césped de segunda.
Y siempre me pregunto cuánto influyó aquél: Principito en mi mundo de Fantasía. Creo que los libros que leemos permanecen muy dentro de nosotros y de vez en cuando, asoman en el recuerdo de lo que sembraron. Excelente relato Felicidad. Un cordial saludo.
ResponderEliminarhermoso tu relato y mas hermosa aún la vivencia, eres una persona muy espirada muy romántica
ResponderEliminarQue post más bonito, me ha encantado..
Me ha gustado muchisimo leerte
Adriana, la infancia es ese territorio donde se comienza a descubrir la vida, a veces, sin previo aviso, acontece la muerte y, de alguna manera, cambia o modifica la percepción que se haya tenido de la realidad. La literatura, para muchos es, como diría Marguerite Yourcenar, la primera patria.
ResponderEliminarTu comentario me resulta conmovedor y próximo.
Eres muy amable en tus comentarios. Gracias.
Un gran abrazo, amiga.
40añera, los que experimentamos la pasión por la literatura, sin duda, vivimos a lo largo de nuestra existencia en mundos paralelos que, a veces se cruzan y entonces escribimos.
ResponderEliminarGracias por tu comentario amable que supongo algo tendrá que ver esa infancia canaria.
Un enorme abrazo desde Canarias
Mariela, los primeros libros marcan nuestra trayectoria por la literatura. Son los primeros universos, al otro lado del mundo real, que habitamos y en los que empezamos a desperezar la imaginación.
ResponderEliminarAgradezco tu lectura constante y tus comentarios.
Un fuerte abrazo, amiga
Lola, me alegra que pases por el Café Literaio, sin duda eres muy generosa en tus comentarios. Te agradezco que me leas. Gracias
ResponderEliminarUn gran abrazo
TU TIENES RAZON, ESTAR ENTRE LOS LIBROS TE HACE SENTIR MENOS SOLITARIO.
ResponderEliminarSIEMPRE FUE LA TABLA DE SALVACIÓN COMO DECÍA ERNESTO SÁBATO.
BESITOS
PD GRACIAS POR TUS PALABRAS CARIÑOSAS CON MOTIVO DEL ANIVERSARIO DE MI MAMÁ.
AHORA ESTOY MÁS SOLA QUE ANTES...
CARIÑOS
HOLA FELICIDAD
ResponderEliminarGRACIAS POR TUS COMENTARIOS CON RESPECTO A MI PAÍS. SIENTO QUE ERES ARGENTINA PORQUE CONOCES ALGO DE LO LINDO QUE TENEMOS.
YO TE CUENTO QUE VIVO EN UNA PROVINCIA QUE QUEDA A 400KM DE BUENOS AIRES.
ESTOY UN POCO LEJOS DE LAS GRANDES CIUDADES, PERO TIENE SUS PRIVILEGIOS PORQUE ES MÁS TRANQUILO TODO.
LO FEO, HOY EN DÍA, ES LA INSEGURIDAD. ME DA MUCHO MIEDO, UN PAÍS TAN BELLO NO?-
TE DEJO UN BESO GRANDE AMIGA.
CARIÑOS
Hola Felicidad, te cuento algo, estuve "estudiando" un poquito de tu tierra: Tenerife, y de San Cristobal de la Laguna. Me encanto, es señorial, tambien veo que es una tierra tranquila y alegre; tiene clima ideal, es conocida como la "ciudad de los adelantados" y fue declarada Patrimonio de la Humanidad. Que tal? como estuve? reconozco que no sabia nada. Ya tengo una idea mas clara de esas estupendas islas.
ResponderEliminarSolo conocia a un cantante conocido por aqui como el canario Jose velez, un hombre super carismatico.
Bueno, nada mas, sólo queria contarte esto.
Disculpa el divague. =)
Un besito.
Hola Felicidad! (que feliz hace saludarte, eso de decir Hola Felicidad!, jeee)... tu estilo escritural me agrada mucho, tiene la poesía necesaria y a la vez es algo descarnado. Siento que todos/as los que llevamos dentro la vocación de la escritura, hemos de comprender hondamente este relato tuyo. Esa posibilidad de acceder a otra dimensión: la creación.
ResponderEliminarAgradezco tu comentario en mi blog, aportación que es mucho más que un comentario!
Mi cariño!
Luján, La ausencia de los seres queridos es una dura cohabitación, permanecen los recuerdos y, a veces, los encontramos e incluso hablamos con ellos en los sueños
ResponderEliminarGracias por tus palabras y por hacerme sentir también argentina, me emociona y te lo agradezco mucho.
Un enorme abrazo
Carolina, bueno, bueno, magnífico estudio y acercamiento a mi tierra. Me hace feliz que que guste San Cristóbal de La Laguna, realmente es una cuidad hermosa, tranquila, llena de historia. Sus calles y su arquitectura lo manifiestan. Te envié un correo interior más extenso, espero que lo hayas recibido.
ResponderEliminarGracias amiga, bienvenida a Tenerife, un fuerte abrazo
Eva, soy una aprendiz en esto de la literatura y siempre leo con mucha atención y exhaustividad lo que hacen los demás, por placer, en primer lugar y para aprender, después. Tu blog tiene esa doble vertiente y los comentarios fluyen en la dirección de un texto de calidad.
ResponderEliminarGracias Eva por venir acá a leerme y por la amabilidad de tus comentarios.
Un gran abrazo
HOLA FELICIDAD
ResponderEliminarME ALEGRO DE QUE TE HAYAN GUSTADO LOS REGALITOS, SON CARICIAS, MIMOS PARA EL ALMA.
UNA MANERA DE ESTAR MAS CERCA...
BESITOS
Vengo todos los días a ver si has publicado algo, me gusta tanto leerte!...
ResponderEliminarFeliz fin de semana
Besitos, Scarlet2807
MARAVILHA DE BLOG. LINDO, LINDO!
ResponderEliminarQue lindo dia!
Que tenhas muita saúde e alegrias duradouras!
Olá, muito bom dia!
Gostei de vir aqui. Seu blog é formidável, nota DEZ! Supimpa, mesmo!
Já te 'persigo', pois adorei tudo que li e reli. 'Fuei' tudo e achei pérolas. Voltarei com mais demora. Prometo. Passe lá no meu blog de Poesias. Se gostar e quiser me adicionar, vou gostar muito de ter por lá seus cometns. Bom final de semana! No mínimo, iluminado. Abraços do João, poeta.
Luján, gracias.
ResponderEliminarEl mejor regalo es leer tus poemas.
Un abrazo
Scarlet, eres muy amable y generosa en tus apreciaiciones.
ResponderEliminarGracias por segurime. Nos leemos.
Un abrazo
Joao, bienvenido al Café Literario. Agradezco tus cometarios y opiniones. Es un honor para mi contar con tu visita. Trataré de entrar en tu blog y conocer tu poesía. Gracias
ResponderEliminarUn abrazo poeta brasileño.
Compartí este etco tuyo, tan hermosamente hecho, con algunos amigos que tienen talleres de escritura, y fue gratamente alabado... y de paso tienes ya más fans en estas tierras montañeras...
ResponderEliminarIn saludo grande desde Medellín
Francisco, gracias por comentar y compartir mi relato, también aquí tienes una admiradora de tu poesía, tienes un magnífico blog.
ResponderEliminarUn gran abrazo, amigo
¡Bellísimo! Una historia que nos remonta a esa etapa de nuestras vidas en la que ciertamente vivimos mundos paralelos y soñamos con ser princesas como Sissi o investigadores de crímenes o protagonistas de ese amor triunfante por sobre todo obstáculo y tantas cosas más.Desde Juana de Ibarborou, Alfonsina Storni, Agata Christi¿? pasando por Horacio Quiroga y terminando con Corin Tellado, esos mundos nos permitieron disfrutar a solas nuestra adolescencia. Cuántos recuerdos me han venido a la mente Felicidad. Te felicito por ese descenlace sutil. Un abrazo.
ResponderEliminarMe ha encantado
ResponderEliminarPor cierto soy Perfida
Un saludo coleguita
Me gusto el texto. Me trajo nostalgias de tiempos ya idos.Casos parecidos que vi.Fue un gusto visitarte mi amiga.
ResponderEliminarMe gusta leerte cada tarde. Escribes muy bien amiga.
ResponderEliminarBesos,