La muerte ha sido generosa
conmigo, me dio toda una vida para gastarla y ahora se ha cobrado su parte. No
la odio, en realidad ni siquiera la conoceré. Todo lo que sé de ella lo he
leído en los libros, la he visto en las películas filosóficas como esas que
hacen los nórdicos, en las tragedias que resuenan en la caracola del tiempo
desde el primigenio instante en que el hombre se dio por vivo. No estoy, fui y
solo seré mientras alguno de ustedes me piense de vez en cuando. Puedo
imaginármelos en estas últimas horas. Encuentros de unos con otros después de
largos períodos sin verse, mintiéndose, que están iguales, que no han cambiado,
incluso se atreverán a decir que es una pena lo de mi muerte, un hombre bien
conservado y joven aún; tengo, tenía, setenta y cinco años, ¡cielos que se es
joven a los veinte! Pero claro si ustedes aceptan mi senectud tendrían que
admitir la vuestra, tamaño dislate. Como si así pudieran esquivar a la parca.
No tuve inconveniente en rendirme ante los designios de la edad cuando las
goletas singlaban desplegando sus velas hacia mí y mi mástil no izaba la
bandera de guerra más allá de la botavara.
Un ciclón envuelto en un
vestido rojo arramblará la atención de todos los presentes cuando Prizzy
Santana entre a la sala del duelo. Llegará con bolsas cargadas de chocolates,
dulces, galletas de jengibre, refrescos y una botella de coñac, se desplomará
sobre un sillón, extenderá brazos y piernas para que el aire estancado de la
habitación la inunde por que los sofocos la traen muerta de la calle, pondrá la
mano en la boca, solicitará perdón y sustituirá la palabra muerta por agobiada.
Sacará el abanico chino que no resistirá más allá del tercer golpe de muñeca
antes de deslizarse entre sus dedos en mi dirección. Y se incorporará como
impulsada por un resorte y preguntará, sin modular la voz, qué son esas
burbujas luminosas que ruedan incesantes sobre la tapa de mi féretro y le
indicarán que mire al techo y descubrirá girando la bola recubierta de
cuadraditos de azogue. Un capricho de Rómulo, quién diría que el aburrido
profesor de Derecho penal terminaría bailando después de muerto. Pero ella aún
no sabe que la bola es un acertijo. No se preocupen lo revelaré antes de irme.
Marta, sé que alabarán tu
serenidad, siempre dije que tu expresión me recordaba a la de los jueces estadounidenses cuando dictan sentencias de muerte. Puedo adivinar los ojos de
nuestros hijos Romano y Raúl alternando la E de rayas horizontales con la S de
líneas verticales. No prolongaré su inquietud. La legítima está asegurada para
los tres pero mi cuantiosa herencia familiar la he donado a una sociedad
protectora de animales donde residirán a partir de hoy nuestros gatos Sombra y
Niebla. Supongo que habrá reproches pero hijos míos aún estoy a tiempo de ensañarle los
beneficios de la aventura de aprender a ganarse la vida, que como ven apenas
dura un suspiro. Y tú Marta te sentirás agraviada y con razón pero mientras
redactaba el testamento me acordé de aquella novela que tanto te gustaba, El amor en los tiempos del cólera, donde
Fermina Daza, después de enviudar, acabó en los brazos de su amor de juventud y
me dolió como una estocada pensar que podías ser feliz después de mi.
Amigos la bola de discoteca que
no ha parado de salpicarles la curiosidad es la manera de hacerles saber que
aquella mujer negra, aupada sobre unos tacones de la altura de los edificios de
Nueva York, de labios nadando en carmesí, de rebosantes pechos de silicona y de
cabellera rizados como una tabaiba, era el menudo y circunspecto profesor, que
ahora yace ante ustedes, disfrazado de Gloria Gaynor y que tanto jaleo les
armaba en los carnavales.
Quiero
pedirles que acudan a mi tumba a depositar whisky entre las
flores, a leerme poemas los sábados por la tarde y capítulos de mis novelas
predilectas los domingos por la mañana. Y, por último, antes de conducirme al
campo santo, apaguen las luces, suban el volumen y bailen en torno a mi cuerpo
desalmado al ritmo de Sobreviviré.
Pobre, se va y la viuda quiere hacer la de Fermina Daza en "El amor en los tiempos del cólera". No se vale.
ResponderEliminarPd: Ji ji.
un personaje muy singular, sin duda, no sé si muy querido post mortem pero muy singular!
ResponderEliminarbrillante, Felicidad, admiro tu capacidad creativa y tu deliciosa manera de movilizar al lector a través de tus letras.
un abrazo, que disfrutes una excelente semana.
Felicidad siempre un placer recibir tu visita, tus comentarios justos y llenos de cercana poesía.
ResponderEliminarGracias por recordarme a mi amiga del alma Fermina Daza y su bandera amarilla del Nueva Fidelidad.
Besos
Bueno...pues sí que éste personaje tenía muy en claro su despedida, ultimando los detalles que por cierto hablan de alguien sin temor a la muerte;. (o tal vez preparado para su encuentro).
ResponderEliminarLlevándose consigo algunos secretos, como el del profesor...elucubrando lo que podría llegar a realizar su esposa...todo envuelto en una atmósfera de discoteca.
Realmente creativo Felicidad, como siempre nos sumerges en tus fantásticas letras!
Un abrazo y buena semana.
Que original. Se las traía el buen profe. Como siempre una narración estupenda.
ResponderEliminarBuena semana.
mariarosa
Felicidad,claro el mensaje de ese personaje camaleónico,que fué consciente siempre de la muerte y aún sobrevive de forma singular...!
ResponderEliminarImpresionante su inteligencia,su fortaleza,su sentido del humor y su consciencia.Sabe que lo recordarán siempre,y ello es la garantía que espera para eternizarse aquí y seguir aleteando después de muerto...No obstante,su determinación deja dolorida a la familia,que no le mandarán buenas energías.
Mi felicitación por tu capacidad creativa y maestría para la composición y el orden.
Mi abrazo grande y feliz fin de semana,amiga.
M.Jesús
Felicidad, me encanta esa confesión póstuma del viejo profesor, donde confiesa la doble faz, esas otras aristas que conforman al ser humano, yo me quedaría con el recuerdo del lector ávido, que como Borges, se enorgullecía mas de los libros que había leído, que de los que había escrito.
ResponderEliminarQue gusto leerte, amiga, un fuerte abrazo.
Ante este cuento tan especial me pongo de pie. Ya de entrada, me impacta el título, es fabuloso. Luego, el testamento del profesor detallando recuerdos de su propia muerte, los secretos que devela, la distribucion de su herencia y lo más impactante (para mi) no quiere que su esposa sea feliz... ademas, y por sobre todo, el inagotable genio de la escritora... Reitero, yo me pongo de pie.
ResponderEliminarOi Felicidade, sua história é muito original e com o maior requinte em detalhes. Uma despedida sem medo da morte. Sempre suas história são uma obra de arte. beijos e ótima semana.
ResponderEliminarAPLAUSOS!!!
ResponderEliminarQUÉ MARAVILLA ESTE RELATO QUERIDA AMIGA. ME HAS RECORDADO A FERMINA DAZA EN AQUELLA INMORTAL NOVELA QUE ME DEJÓ CON GANAS DE LEER MÁS, POR SUPUESTO QUE ADMIRO Y MUCHO A SU CREADOR, EL GRAN GABRIEL G. MARQUEZ.
TE FELICITO POR TU CREATIVIDAD Y TU IMAGINACION INFINITA, VASTA...
ESTE HOMBRE QUE SE ANTICIPA A TODO, QUE PUEDE VER EL FUTURO EN ESA DESPEDIDA; LO DE LA HERENCIA ES MARAVILLOSO, LOS GATOS, ME IMAGINO ESAS CARAS... MANIPULA LOS HECHOS QUE VENDRÁN DEJANDO A SU FAMILIA DESNUDA DE TODO.
BIEN LE VENDRÍA A ALGUNOS QUE ESPERAN QUE ALGUN FAMILIAR DESAPAREZCA PARA TOMAR SUS COSAS. ES ASÍ... SE PELEAN A MUERTE.
EXCELENTE, UNA MAESTRA. ME MARAVILLA SIEMPRE TU VOCABULARIO, PROPIO DE LOS GRANDES, AQUELLOS QUE CUIDABAN EL IDIOMA.
BESOS Y ABRAZOS.
PD GRACIAS POR TUS LINDAS PALABRAS, NO SOY TAN BUENITA JIJIIII.
CARIÑOS
Cuando se acerca el momento del último instante, es cuando todas las ecuaciones vitales se resuelven. Una lúcida claridad lo inunda todo. El pretérito perfecto se convierte en presente histórico a través de fotogramas de recortes de instantes, de horas, de días, de páginas escritas, de reseñas literarias como la de G.García Márquez.
ResponderEliminarNo se por qué a la Muerte la visten de negro cuando es pura luminosidad de ideas.
Tu relato es sencilla y francamente, estupendo, Felicidad. Has elevado el registro, y me gusta.
Mi admiración y mi abrazo.
Felicidad gracias por tuis ánimos ante la inminente publicación de mi libro. Detrás de la portada hay cientos de horas de investigación y, que te voy a contar, de bibliotecas y archivos.
ResponderEliminarUn cálido abrazo
Todos tenemos nuestros secretos y secretillos, ignoro si tendré la fuerza necesaria para confesarlos como lo hizo el profesor. Lo de desheredar a los hijos y dejar sin un peso a la esposa, lo encontré vengativo. Un ser celoso que no permite que su esposa reinvente su vida y que objeta que a sus hijos se les facilite un poco el futuro -típica actitud de un ser humano mediocre y cruel-. Me temo que un personaje como este no será precisamente visitado por su familia, quizás con toda seguridad, por los que lo vieron bailar disfrazado de mulata...
ResponderEliminarBesitos querida Felicidad
Desde luego que tenía muy claro todo lo que deseaba para cuando muriera…un humor que ronda la sátira, inteligente, único…un modo de pasar a la posteridad por su sentido del humor aun después de muerto…
ResponderEliminar-Y, por último, antes de conducirme al campo santo, apaguen las luces, suban el volumen y bailen en torno a mi cuerpo desalmado al ritmo de Sobreviviré-.
Quizás no obro bien con su familia y prefirió dejar su herencia una sociedad protectora de animales…mucho odio y rencor debía de sentir por su mujer e hijos…
Felicidades por tus escritos e imaginación desbordante.
Un fuerte abrazo Felicidad
David, agradezco tu paso por el Café Literario y tu amabilidad al comentarlo. Disfruto mucho con tu blog de cine y esa reivindicación de las buenas películas.
ResponderEliminarUn gran abrazo
Patricia, sucede que por el general el paso del ser humano de vivo a muerto, le otorga cierta beatitud o cuando menos se olvidan los defectos, pero este personaje a lo largo de su discurso expone y reivindica su manera de ser y actuar, sus contradicciones y sus maldades, a las que no considera como tales.
ResponderEliminarPatricia, gracias por pasarte por aquí cada semana.
Un enorme abrazo
Diego, sin duda el pasaje que comentas de "El amor en los tiempos del cólera", ese viaje a lo largo del río, que es un viaje a la vida, al amor, en tiempo y deseo, es maravilloso.
ResponderEliminarAmigo gracias por recalar en esta isla literaria.
Un gran abrazo
Adriana, este personaje, a pesar de todas sus contradicciones, tenía claro sus deseos para después de su muerte y, al parecer, el egoísmo, se queda como parte de su herencia. No quiso marcharse sin descubrir uno de los aspectos más sorprendentes de su aparente apocada vida y si algo le perturbó de la muerte fue, al parecer, no seguir leyendo.
ResponderEliminarAgradecida de tu amable comentario
Un enorme abrazo, Adriana
Mariarosa, a veces el ser humano más discreto, reservado y poco comunicativo encierra secretos y personalidad muy diferente a la que en principio aparenta.
ResponderEliminarGracias por pasarte por el Café Literario
Un gran abrazo
Maria Jesús, sí e sun personaje irónico, que le gustaba la vida más de lo que simulaba, de hecho supo divertirse pero que le dolía que los demás disfrutaran en su ausencia. Es una perversidad, sin duda, para la familia pero no para él que prefería marcharse sin facilitarles su dicha si él no estaba para compartirla. El egoísmo es un componente bastante frecuente en el ser humano.
ResponderEliminarGracias amiga por pasar siempre por aquí
Un gran abrazo
María, me alegra mucho que cites a Borges en su amor por la lectura porque este personaje también un apasionado de los libros e incita a recordarlo leyéndole poesía y prosa, pues bien el título está inspirado en el poema Límites del escritor argentino. No es un personaje plano, tiene sus claros y sus sombras como cualquiera.
ResponderEliminarGracias amiga por arribar cada semana desde Caracas
Un cálido abrazo
Carolina, intenté describir una personalidad contradictoria, por supuesto pero que incluyera las maldades humanas, tan invisibles cuando la muerte acontece. El personaje no repara en que es egoista sino que no soporta que su mujer sea feliz si él no está y, sin embargo, llevó una doble vida donde la diversión y el buen humor estaban presente. La trayectoria de los seres humanos y la de los personajes no suele ser lineal y quise asomarme al otro lado de una vida aparente.
ResponderEliminarTe agradezco mucho tu gentil y generoso comentario, amiga
Un cálido abrazo
Smareis, agradezco mucho tu spalabras y tu siempre agradable visita a este blog literario desde ese país tan maravilloso como Brasil
ResponderEliminarUn enorme abrazo,
Luján, todo García Márquez es un placer para los ávidos y apasionados lectores que lo devoramos como caníbales y que no paramos de regresar a sus libros continuamente. Es importante como le influye al personaje la literatura hasta el punto que la la lectura de El amor en los tiempos del cólera condiciona su decisión de menguar la herencia a su mujer, vida y literatura, realidad y ficción solapándose.
ResponderEliminarAmiga, eres muy amable siempre conmigo.
Un gran abrazo
Marisa, el personaje fluye honesto, sincero como quizá no lo haya sido antes. La muerte lo cercó y antes escribió una carta donde manifestó sus últimos pensamientos, sus últimos deseos y que estaban en relación con sus pasiones y como tú muy acertadamente comentas, hay luminosidad, claridad, lucidez en lo que expone. La literatura se le cruza, se le interpone y en un momento dado cita un personaje de García Márquez como referente a la hora de desheredar a su mujer. Tiene una doble vida y no solo la que afecta a las diversiones, su mundo anda disociado entre la realidad y la ficción.
ResponderEliminarGracias mil Marisa por tu comentario.
Un gran abrazo
AY... FELICIDAD, PARA MÍ GARCÍA MARQUEZ FUE Y ES MI MAESTRO. CUANDO LEÍ "CIEN AÑOS DE SOLEDAD" DIJE "QUIERO SER ESCRITORA!!!" PORQUE ME SENTI MOTIVADA CON AQUELLA NOVELA, SI BIEN YO YA ESCRIBÍA DESDE LOS OCHO AÑOS, ALLÍ FUE CUANDO EMPECÉ A ENVIAR MIS COSAS A LOS CONCURSOS DE LITERATURA, NO SABÍA CÓMO HACER PARA LLEGAR A DAR UN PASITO MÁS.
ResponderEliminarDESPUÉS ME FUI A ESTUDIAR EL PROFESORADO DE CASTELLANO, LITERATURA Y LATIN QUE EN NADA SE PARECÍA A LA MARAVILLA DE ESCRIBIR...
POR ESO LOS LIBROS DE GARCÍA MARQUEZ LOS HE LEÍDO A TODOS, MENOS ALGUNO DE CARÁCTER PERIODÍSTICO.
UN BESO QUERIDA AMIGA.
GRACIAS POR TU CARIÑO Y POR TUS PALABRAS.
UN ABRAZO
Diego, que tengas micho éxito con el libro y que ese trabajo arduo, silencioso, se vea compensado.
ResponderEliminarAbrazos
Taty, el personaje se muestra tal y como es, con sus claros y sus oscuros, con su lado perverso, si se quiere, y con su parte humana, social, incluso. Y visto así, también creo que la familia no vaciará muchas botellas de whisky en tre sus flores.
ResponderEliminarUn gran abrazo, amiga
Sneyder, me alegra que me comentes el tono humorístico e irónico del personaje que sí que lo destila por todo el relato, incluido el final. Pero sus contradicciones también forma parte de él y terminan aflorando.
ResponderEliminarGracias por tu generoso comentario.
Un gran abrazo
Luján, coincido plenamente contigo. García Márquez es uno de esos escritores a los que continuamente debemos releer, no por deber sino por el placer inmenso, siempre inmenso de volver sobre sus relatos, de visistar una y otra vez Macondo y escuchar su rica galería de personajes.
ResponderEliminarUn gran abrazo, amiga
¡Me encantó!
ResponderEliminarSiempre logras sorprendernos con tus cierres magistrales, absolutamente inesperados.
Cada vez que leo un texto tuyo, aparte de deleitarme ( porque me encanta como escribes), tengo la absoluta certeza, de que me sorprenderás al final, eres ¡genial ! amiga...
Besitos en el alma
Scarlet2807
Un personaje-hablante que se ubica ubicuo y que construye desde allí un texto que asombra y descoloca. Consigue que el lector entre en esa dimensión y lo sienta verosímil. Un tono trágico que a la vez es sarcástico. Desmitifica al muerto-bueno y nos muestra a un hombre que tras su muerte sobrevive con sus propios fantasmas e inseguridades. Un gran controlador que se resiste a perder el control e impone su dominio. Eso se llama "morir con las botas puestas", je,je.
ResponderEliminarBien escrito, con el dominio del lenguaje que te caracteriza.
Un abrazo grande y mi gratitud, siempre, por tu cercanía y cariño.
Scarlet, me alegra que te guste el relato. Es una historia que habla de un profesor que escribe su carta para después de su muerte pero sin dramatismo pero sí con cierta ironía y con sus propias contradicciones.
ResponderEliminarAgradezco y valoro muchísimo tu siempre grata visita.
Un enorme abrazo, amiga
Eva, precisamente citas dos elementos fundamentales en este relato, el sarcasmo y la ironía, por un lado, y algo muy importante "desmitificar el muerto-bueno", todo ser humano que se adentra en la Laguna Estigia, per se, adquiere al beatitud se la haya ganado o no. El personaje se manifiesta como tal y como era en el momento de escribir la carta póstuma que es todo un manifiesto de su carácter y forma de concebir el mundo.
ResponderEliminarGracias Eva porque tu comentario ilumina el relato.
Un gran abrazo
Un poco egolatra el profe, quizás nadie acudiría a su servicio funebre, que cosa eso de fantasear con los actitudes de los que "quedan".
ResponderEliminarMe gusta el tono del relato que pega mucho más -y atrae- sin falso sentimentalismo.
Excelente!
CAriños!
Ante la muerte surge la sinceridad, los recuerdos se hacen presente y se quiere disfrutar al máximo del más mínimo instante.
ResponderEliminarUn relato estupendo Felicidad, como todos los tuyos.
Un abrazo
Estuve aquí y deje mi comentario en el que te contaba como me gusta leerte, que me animaste un día gris aún hablando de la muerte, pero hoy vengo a verte y mi comentario se fue al limbo de las palabras perdidas de blogger, en fin tengo más
ResponderEliminarUN beso cielo