Una ráfaga de aire cálido le vuela la gorra de capitán
a Ernesto Mendoza. Se tambalea en su barca Mar
de Estrellas mientras intenta cazarla al vuelo. A pesar de sus acrobacias y
contorsiones no logra atraparla. Cae al agua y navega sin timón arrastrada por
la corriente. Su quilla la forman el ancla y los galones dorados. El marinero
tozudo intenta pescarla con un garfio pero la gorra surca libre sin nadie que
la gobierne. Ernesto rema con las fuerzas de un lobo de mar curtido en las
tormentas. El sol reverbera en sus cabellos blancos que se izan como velas. La
piel de brea de días de salitre y sol brilla en el ocaso. La gorra singla hacia
alta mar y el capitán boga sin descanso. Pareciera que su propia vida se aleja
con ella. Pese a los años, y que ya apenas sale a pescar, aún conserva la
fuerza para aumentar los nudos de la embarcación que va errática o esquivando
los remolinos que salpican la mar.
Ernesto pasa las horas en la cafetería Cruz del Sur, anclado a una mesa desde
la que otea el horizonte. Al amanecer pronostica tempestades, o mar en calma;
se adelanta a las marejadas y anuncia con antelación los vientos súbitos
dispuestos a arrastrar a las olas tierra adentro. Pasea junto a los botes que
se mueven como si el mar respirara desde el fondo. Se detiene junto a los que
reparan los aparejos y les echa una mano. Imparte clases de nudos marineros a
los jóvenes que se inician en el arte de la pesca, y les cuenta historias para
que permanezcan alerta y no se dejen seducir por las mareas. Ernesto se
aproxima a la embocadura del puerto, la gorra se va anegando de agua, queda
poco tiempo antes de que se hunda. Él lo sabe. Suelta los remos, se levanta y
se lanza de cabeza al océano. Es un experto nadador. Bracea como quien se
dirige a rescatar un náufrago. Su pelo blanco se ve desde el puerto como una
boya que apenas se desplaza. La tiene al alcance de la mano. Los últimos rayos
de la tarde encandilan su objetivo pero una brazada más y la captura. Nada de
vuelta con la gorra en la mano ligeramente levantada. Aún no sabe si ha logrado
salvarla. Aborda el Mar de Estrellas
y regresa con el corazón bombeando a toda máquina. Se acerca a la playa chica
y, con los restos de fuerzas que aún le quedan, arrastra la barca hacia la
arena hasta subirla a dos tablones. Lo sigo con la mirada ya sin prismáticos.
Se sienta bajo la marquesina donde comienzan a encenderse las primeras luces. Lo
avizoro desde la cabina del oxidado y abandonado Salitre II. Con cuidado, como el cirujano que disecciona con su
bisturí una zona delicada, extrae un papel con palabras que zozobran en la
tinta mojada. Es la carta clandestina que cada tarde le deja en el interior de
la gorra la nieta de su amigo Manuel. Él no sabe que lo observo, cree que le
espero en casa preparando la cena.
Los finales de tus relatos son como esos deliciosos postres soñados que no sabemos exactamente en qué consistirán pero que tenemos la certeza absoluta de que aparecerán espléndidos al finalizar el ágape. Y mientras saboreamos los manjares con esa seguridad miramos como navegan cartas en la mar, tinta mojada del corazón, veleros de recuerdos que reman en una taberna o en unas manos de sabio marinero enseñando nudos a los jóvenes o recordando a los aparejos que él es el capitán.
ResponderEliminarY cuando creemos que somos nosotros quienes miramos, llega el postre, y descubrimos que Ella ha sido quien nos ha mirado, quien le ha mirado y quien mira desde arriba, quizás deseosa de llevarse a ese mar y a su nadador a cenar.
Siempre estás maravillosa, Felicidad, en cualquier elemento te manejas con una soltura y una calidad literaria que admiro y disfruto.
Un gran abrazo.
Marisa, sí, en el navío de la gorra del capitán surca con cartas no precisamente nauticas a bordo, un secreto que sigue los caprichos de las corrientes marinas hasta esa mirada que todo lo observa nos desvela algo de una historia, de esas que la mar traen y llevan.
EliminarMarisa, este domingo un blog amigo ha publicado un relato de este Café Literario, eso me recuerda que aún no he cumplido una promesa de enviarte uno. Lo tengo en mi lista de pendientes. Espero hacerlo en este año.
Agradezco mucho ese concepto tan generoso que tienes de mi literatura.Y me alegra que te gusten mis relatos y, sobre todo, tus magníficos comentarios con respecto al texto, siempre tan lúcidos y tan certeros.
Un gran abrazo
Avezado marinero, desafiando el mar para rescatar "ilusiones" o "realidades".
ResponderEliminarMe pareció sublime toda la peripecia de Ernesto para tratar de salvar su (gorra), cuantos esfuerzos hacemos en ocasiones para de rescatar lo que creemos perdido...
Sencillamente fantástico Felicidad.
Un inmenso abrazo dominguero!
Adriana, tienes razón. En la vida hacemos auténticos malabarismos para que aún puedan sostenerse muchas de las ilusiones, que por nada del mundo desearíamos que las arrastre la corriente mar afuera o se hundieran en lo más profundo de nuestros océanos.
EliminarGuíar la nave propia hacia un fin no siempre es fácil.
Un cáido y gran abrazo amiga
Felicidades Felicidad. Un final maravilloso, como todos los tuyos, "Él no sabe que lo observo, cree que le espero en casa preparando la cena."
ResponderEliminarUn gran abrazo amiga
Diego, efectivamente es una historia contada desde la observación minuciosa e interesada. Primero desde el otro lado de unos prismáticos que nos acercan la imagen lejana y otra más cercana y personal.
EliminarGracias amigo por publicarme y leerme.
Un gran abrazo
Guau, siempre las cosas no son lo que parecen, y las motivaciones de las personas, siempre son misteriosas, Felicidad que certera pluma, para dibujarnos todas estas peripecias, un abrazo feliz,
ResponderEliminarCarmen, la punta del iceberg es solo lo visible, pero la masa d ehielo que oculta es mucho mayor y desconocida. Apriori, lo que se percibe no es necesariamente lo real o lo único. Muchas situaciones esconden otro lado.
EliminarAmiga un saludo a Chile
Un gran abrazo
Felicidad,tu relato nos sitúa en un momento existencial,un viejo marinero disfrutando del mar y tratando de rescatar un viejo y amado símbolo de "su mar".Ese mar,que ha sido toda su vida.Nos llevas conscientemente visualizando sus pensamientos y movimientos a lo largo del día...Y cuando ya tenemos una idea de él...Aparece "su amor",ese amor eterno en su vida,cuyas letras se esconden en el viejo símbolo,haciéndose uno con el mar...¡¡QUÉ MARAVILLA,CÓMO HAS SABIDO UNIR EL PASADO Y EL PRESENTE Y HACERLO FUTURO EN EL CORAZÓN DEL MARINERO...!!El mar se hace sentimiento,que trasciende y eleva su espíritu,y el sentimiento se hace mar,se materializa y sigue impulsando su remo y su cuerpo...La materia y el espíritu en un hermoso equilibrio,que hace esta historia bella e imperecedera,amiga.
ResponderEliminarMi felicitación por tu calidad literaria y mi abrazo inmenso por esa riqueza interior,que traslucen tus letras y tu cercanía,FELICIDAD.
FELIZ SEMANA.
M.Jesús
María Jesús, tu poesía navega elegante por el lúcido y amable comentario que de dejas. Un lujo para el blog y una magnífica aportación al relato.
EliminarSin duda, amiga, la simbología del mar, la gorra, el tiempo que pasa, la tarde que cae, el secreto que esconde, lo que ya fue y está sucediendo, son elementos que constituyen los aparejos de esta historia. Una red de peripecias, circunstancias, ilusiones que se tejen sobre el vaivén inestable de las aguas de la vida. Como acertadamente señalas, las fuerza física que el paso del tiempo ha mermado se multiplica por la llegada de emociones renovadas con imágenes acrecentadas o vistas de cerca.
Agradezco siempre tus palabras que me animan a seguir trabajando.
Un gran semana también para ti.
Un fuerte abrazo
Un viejo marinero que no se deja vencer por un viento más, esa gorra tiene una esperanza, la ilusión de leer la carta de su amiga. Maravillosa la imagen de la esposa (en ningún momento dices que es la esposa, yo la imagino) mirándolo y preparando la cena, oculta cómplice de sus andanzas.
ResponderEliminarComo siempre una bella historia.
mariarosa
Maríarosa, sí, el lobo de mar lucha contra los elementos en pos de un símbolo que es su gorra, bajo la que ha vivido tantos idilios y controversias con la mar. En su interior navegan sus ilusiones renovadas y en la distancia la atenta mirada, muy bien deducida, que nos narra una historia que nos aleja y acerca desde su interesada observación.
EliminarGracias amiga por el comentario al relato y por tus palabras que por provenir de una excelente narradora como tú de motivan a seguir trabajando.
Un gran abrazo
El mar como metafora de su vida y su destino. Naufraga, llega a puerto seguro... rema o tira todo por la borda. Para ella tambien el mar, en su inmensidad y misterio, es prueba, busqueda y paciencia. Quizas tambien tenga templanza frente a las aventuras de su marido, quizas ella pueda "borrar" de su mente todo lo que ha necesitado y negado... quizas ya no quiere un mar de tempestades sino un mar de armonia, al fin y al cabo solo son ciertos lujos que se toma un hombre mayor.
ResponderEliminarUn relato con gusto a salitre me deja pensando en lo importante que es envejecer manteniendo una ilusion... es que tus relatos siempre me llevan a una fluida ensoñacion. Justo como el mar.
Un abrazo hasta nuevas olas.
Carolina, es un precioso análisis y comentario del relato. Cargado de significados y de emotivas reflexiones. Planteas algo que a mi me parece muy interesante y crucial en el texto, es el punto de vista de quien nos narra la historia. Ese personaje que no se ve pero que lo observa todo con absoluta escrupulosidad. Supone un segundo relato dar respuesta a todas esas preguntas que planteas. Ella describe el estado emocional del capitán en las acciones y peripecias que realiza para salvar la gorra que esconde algo importante en su vida. Sin embargo, ella es un enigma, apenas sabemos cómo se siente, solo lo podemos intuir e deducir.
EliminarY, si hay algo que nunca se debe perder son las ilusiones, necesarias siempre, incluso cuando el tiempo nos pisa los talones.
Amiga un gran abrazo desde este lado de la mar océana
Felicidad, el viejo lobo de mar puede con todo menos con el ojo avizor de su compañera de toda la vida, me encanta el consejo a los jóvenes que "permanezcan alerta y no se dejen seducir por las mareas" porque hasta Ulises le costó no dejarse seducir por los suaves cantos de las sirenas.
ResponderEliminarQue gusto leerte, amiga. Feliz semana.
María, el mar esconde todo tipo de trampas, desde las tangibles y reales hasta las metafóricas y épicas. Sin duda es un lugar común de la literatura, sugerente para un profundo ensayo, que nos permite contar historias utilizando los aparejos de la imaginación y lo que se enreda entre líneas. Su seducción y sus amplias fronteras cambiantes nos permite adentrarnos en relatos que navegan hacia puertos determinados.
EliminarMaría, feliz semana y un gran abrazo desde este lado del océano
Hermosa la imagen que recrea a Ernesto braceando en busca de su gorra y de su carta emborronada. Una carta llena de misterio, porque ha sido tan delicada y breve su mención, que nos conduces a imaginar qué significado tiene para él. Creo que debe ser muy importante para tirarse a nado a por ella... "la carta clandestina que cada tarde le deja en el interior de la gorra la nieta de su amigo Manuel". Imagino la historia de una niña que escribe a un abuelo ausente y utiliza al mejor mensajero posible: alguien que conoce el mar; el mejor cartero para llevarla a su destino.
ResponderEliminarNo sé si podría ir por ahí el misterio no desvelado; pero podría ser una posibilidad.
Fantástico relato, plagado de descripciones de alguien que debe conocer muy bien el mar.
Gracias, bonita.
Un beso enorme.
Towanda, es ímprobo el esfuerzo que se llega hacer con tal de conservar o retener algo y no solo, o precisamente, material. La carta y su mensaje, mensajes reitarados, y en eso el lector puede escribirla y jugar con la imaginación y ser válidas todas las conjeturas, es importante como también lo es la lucha del marinero por evitar que esas letras, que le viene bien a su alma, se ahoguen.
EliminarTu aportación, me parece tierna y poética. Me alegra que a partir de una historia se puedan construir otras y, de esa manera, ampliar y ahondar en la creatividad literaria. Y que no sea un texto cerrado.
Gracias por entrar al Café Lietarario cada semana.
Un gran abrazo desde una isla que se reconoce en el mar
Cuántas cosas pueden irse de nosotros en breves segundos... Una vez lejos de nosotros, adquieren nuevamente su autonomía, y el que ha perdido se queda con la sensación de vacío. Somos seres acumulativos de experiencias, recuerdos, sueños, vivencias, personas, olores, imágenes, en fin... Nos hemos ido construyendo inversamente. He ahí, ese sentido de pertenencia, por el cual, daríamos hasta el último esfuerzo por recuperar para seguir enteros.
ResponderEliminarGenial tu forma de decirlo, con una metáfora exquisita...Que a mí me ha permitido, imaginarlo en mi simple manera de ver.
Besos Felicidad, es un agrado total leerte.
Anouna
Anouna, el ser humano tiene la necesidad perentoria de hacer tangibles las emociones, los sentimientos y la poesía, en su construcción metáforica, es un ejemplo de visualizar lo que acontece en nuestro interior. Los objetos dejan de ser meras representaciones de su funcionalidad o utilidad y se vuelven la materialización de los recuerdos, de momentos donde el estado de ánimo, las emociones conducen al bienestar.
EliminarTu comentario tiene siempre esa exquisita sensibilidad poética. Una mirada que repara en el significado de detalles y de claves para iluminar el texto.
Me ha encantado tu visión tan acertada.
Un gran abrazo, amiga
Bueno, llego hasta este maravilloso café literario y no hago más que disfrutar de tus letras. Felicidad, no sabes qué placer y sensación especial me ha dejado tu relato, tan marino, tan tierno, tan azul. Me ha encantado el nombre adjudicado a la embarcación abandonada:"Salitre II".
ResponderEliminarQuerida amiga, un placer reencontrarme con tus textos. Poco a poco me voy reintegrando a mi otro hogar, donde comparto con tanta gente buena, sus creaciones. Un brindis por estar a tu lado nuevamente y porque sigas escribiendo así, llegando siempre al alma de cada uno.
Un fuerte abrazo.
Zuni, has reparado en un elemento que pese a su número no es secundario. Ese barco donde la atenta observadora nos narra lo que ven sus primáticos, lo perciben sus ojos. Me alegra porque junto con su situación de abandonado, tiene una simbología importante en el relato. Pero claro, no solo eres una narradora excelente sino una poeta sensible atenta a todas las metáforas.
EliminarBrindo también por volver a encntarme contigo en este Café Literario. Sé que tus viajes y paseos de estas últimas semanas nos van aregalar momentos literarios muy intensos.
Gracias amiga por tus palabras siempre amables.
Un gran abrazo
"Aún no sabe si ha logrado salvarla".
ResponderEliminarEsa frase delata que "hay algo" secreto en la vida del capitán.
Pues mira, yo había hecho otra interpretación del relato. La "carta clandestina" me sugería una doble vida, pero de otro tipo...
(No lo sé, quizás es que ando demasiado "politizada" en estos últimos tiempos. Entre la mayoría absoluta y la canallada al juez Garzón, ¡quizás! estoy viendo fantasmas del pasado histórico en todas las esquinas).
Además de que no me suena a romance ¡con la nieta! de su amigo Manuel,
¿esa carta clandestina no puede tener contenido político?, ¡digo yo!
Eso es lo bueno que tiene relacionarse uno con buenas plumas. Bordan de tal manera sus historias y relatos, que dejan abierta la imaginación a todo tipo de elucubraciones.
Gracias, amiga mía, por este productivo ratito para mis neuronas.
Cariños varios.
Juglar, se lo comentaba a Towanda, lo enriquecedor de un texto no es solo lo que transmita y como lo haga, que también, sino que su ciclo creativo quede abierto a nuevas y enriquecedoras aportaciones. Me ha encantado que el relato lleve a formular posibilidades perfectamente factibles. Porque, en definiva, es el lector con su mirada propia, su experiencia, sus estados emocionales, los que dan la forma definitiva a una creación, ya sea una pintura, una sinfonía o un cuento.
EliminarY, es cierto, vivimos unos momentos de mucho desconcierto político, económico y social que nos lleva a padecer esos estados de incertudumbre en la población, estado anímico tan a gusto del poder. Y esa clave política que tú le das, insisto, es viable porque al final es el lector y su percepción los que dan significado al relato.
Gracias por tu interesante y enriquecedora aportación
Un fuerte abrazo amiga Juglar
En verdad admiro tu gran capacidad de contar tanto en tan poco Felicidad... Y de una manera tan maravillosa, tu prosa me lleva por donde deseas, y suelen ser viajes maravillosos...tu lectura es de la mas exquisita que estoy disfrutando. Es todo un honor pasarme por tu espacio y disfrutar tranquilamente de tu prodigiosa pluma.
ResponderEliminar¡Te admiro!!!
Enhorabuena.
Abrazos de luz
Mara, tus palabras tan amables son un aliciente para seguir trabajando y ahondando en este difícil, complicado pero profundamente apasionado mundo de la narrativa.
EliminarMe alegra que pases momentos agradables en este Café Literario.
La admiración, amiga poeta, es mutua.
Un gran y cálido abrazo
Felicidad, veo que el mar si nos ha unido esta semana y uno bastante particular. Me sentí identificada con la gorra, escapando con un secreto de esperanza. Con el mar, como siempre, esa tempestad interior que a veces no nos abandona nunca. Con Ernesto, tratando de recuperar lo que tal vez lo hace feliz....
ResponderEliminarLindo, mágico,... besos Felicidad!
Paula, de esta orilla del Oceámo Atlántico a la otra orilla y llegando hasta el Pacífico, la mar nos ha acercado. Tu intimista y preciosa visión del mar en Chile y este Ernesto Mendoza queriendo rescatar un preciado secreto, hemos andado removiendo el interior humano. La creación tiene estas sabias y afortunadas coincidencias.
EliminarAmiga gracias por remar hasta acá.
Una alegría tenerte por el Café Literario.
Un gran y marítimo abrazo
El viejo marinero está acostumbrado a bregar contra las inclemencias del tiempo y aunque exhausto intenta rescatar la gorra con su preciado secreto, una carta de un amor, desde cuando? en este momento especial de su vida cuando todavía necesita aferrarse a una ilusión… No sabe que desde el puerto ella le sigue con la mirada...Sabe su secreto y paciente aguarda…de la mujer no se sabe, pero su vida resignada aguarda y calla…Que le deparara el destino…
ResponderEliminarLogras atraparme y sorprenderme cada vez que entro a leerte, Felicidad.
Mi admiración, amiga.
Un inmenso abrazo.
Sneyder, efectivamente, la lucha que sostiene Ernesto con el mar que quiere arrebatarle sus ilusiones no cae en el desánimo, sino precisamente ese sueño que navega, le da las fuerzas necesarias para perseguirlo. Tu lúcida mirada también s epercata de esa mujer que en silencio lo observa y lo espera. Es una emoción contenida que no se derrama en el relato pero que sí alcanza al lector.
EliminarAgradezco tu visita al Café Literario y tus cálidas palabras
Un gran abrazo, amiga
Un gusto visitarte para desearte muchas felicidades en el día de la amistad.
ResponderEliminarDarwin, amigo, el placer de su visita es para mi.
EliminarGracias por viajar desde la preciosa República Dominicana hasta el Café Literario.
Muchas felicidades también para tí
Un gran abrazo
FELICIDAD
ResponderEliminarEL MAR COMO SIMBOLO ETERNO DE LA LUCHA POR SOBREVIVIR A LAS TENSIONES DE LA VIDA, A LOS RESABIOS DE LAS TRISTEZAS Y AMARGURAS, CON TODA LA ENERGÍA VITAL DE UN ESPÍRITU QUE NO SE RESIGNA A LA BORRASCOSA Y DESPIADADA CIRCUNSTANCIA DEL NO SABER, DE AQUELLO QUE PUEDE LLEGAR A SORPRENDERLO: LO IMPREDECIBLE RODEANDO SU FRAGILIDAD COMO FANTASMA. Y UNA MIRADA SIEMPRE VIGIA.
EXCELENTE AMIGA MIA.
UNA JOYA.
BESOS
Luján, como poeta, sabes, conoces y te sumerges en los significados y simbologías que la mar representa. Es un marco frágil, como dices, donde las tensiones humanas discurren con ese imparable ímpetu para lograr sus objetivos. Una ilusión, un estado de bienestar emocional, un sueño, tal vez, pero que ilumina su vida. Y, Luján, a todo barco le sigue un faro vigía, en este caso, un faro que observa subarca a la deriva.
EliminarAmiga, un lujo contar siempre con tus comentarios.
Un gran y cálido abrazo
Delicioso relato, no solo hay leerlo, hay que "saborearlo" cómo un manjar que nunca he degustado.
ResponderEliminarEse viejo "lobo de mar" curtido de tantas experiencias, cree saberselas todas, se tira a esas olas, las desafia...pero podrá enfrentar a la dueña de esos ojos?
Me sisgues sorprendiendo y deleitando!
Felicitaciones Felicidad!
Perla, planteas una inteligente pregunta. Sin duda, parece ser un experto en las artes de la mar, conoce sus trampas, sus corrientes, sus furias o sus seducciones. Se maneja bien a los remos y sabe moverse entre sus aguas inquietas. Lo que es una incógnita es averiguar cómo se las arreglaría frente a esa otra mar desbordada y tempestuosa de su vigilate. Podemos imaginarlo. Interesante, esta óptica que lleva al relato o otro puerto en el que seguir alimentándolo.
EliminarGracias, amiga, por tus ingeniosas aportaciones siempre enriquecedoras.
Me alegra que te haya gustado
Un abrazo muy grande.
Me gusta la sensación que me llevo, me gusta
ResponderEliminarTodos te han dicho lo estupendo que son tus finales y yo me uno a ello y ratifico cada palabra sobretodo las de Marisa ella lo ha dicho mucho mejor que yo lo haría nunca
Un besote corazón
40añera, como pirata de tantos mares, sé que también habrás navegado por el relato con la destreza de alguien que conoce muy bien el océano y sus secretos.
EliminarTus apreciaciones y comentarios siempre me transmiten una visión certera y una cálida cercanía.
Agradezco mucho tus palabras, aquí en el Café Literario y en el facebook,que son un aliciente para continuar haciendo literatura.
Amiga, besos
"Como si el mar respirase en el fondo"
ResponderEliminarPrecioso y profundo texto querida Felicidad, me ha transmitido valentía. Un abrazo grande desde la isla vecina ;)
Isota, mi niña, me alegra mucho que hayas cruzado el mar que nos une y hayas recalado por este Café Literario.
EliminarLas fuerzas se acrecientan cuando una motivación emocional las jalea. La lucha por las ilusiones, es un gran estímulo.
Feliz de que te haya gustado y feliz de encontrarnos de nuevo.
Un gran y muy cercano abrazo
Felicidad, de nuevo siento cómo me logras trasmitirlo todo en unas cortas líneas. Cómo es eso qué lo esperas en casa? Tus finales son siempre los que no me dejan dormir, pero me agrada, todo del relato es un encuentro de sentimientos que vienen y van y eso es espectacular. Me causó curiosidad la tenacidad del viejo hombre del mar, Una pregunta: De dónde sacaste el nombre del barco? - Porque me recuerda una canción de un cantante español- Además Tengo que felicitarte porque tienes una gran posesión sobre términos marítimos, das la impresión de que por mucho tiempo has leído sobre la vida en alta mar, eso también me gustó mucho. Felicidad que Dios te bendiga y que tu pluma siga estando bendecida. No queda más que agradecerte por todo esto que nos regalas. Desde un pedacito de Colombia un saludo muy fraternal.
ResponderEliminarLyla, amiga de Colombia, me alegro que el trayecto por el relato marítimo te haya resultado breve. Aquí es mejor no alargarlo por aquello del mareo. Mi estimada amiga la mar tiene ese vaivén de sentimientos y mi intención era que llegaran a puerto. El nombre de Salitre II, lo utilicé porque es un elemento muy consustancial al lugar, no conozco la canción. Mi relación con el mar es profunda. Nací y vivo en una isla, Tenerife (Islas Canarias, España), el mar es nuestra constante, como isleños sin él zozobramos, cuando nos desplazamos a continentes tierra adentro, no tener a golpe de vista la textura siquiera lejana de la mar nos causa perturbación. Así que lo conocemos muy bien. Y el barco, junto con el avión, son nuestros transportes más utilizados.
EliminarAgradecerte a ti Lyla, que tienes tus obligaciones y responsabilidades estudiantiles, que pases por el Café Literario y destines parte d etu tiempo a leer y comentarme.
Un gran y marítimo abrazo
Te podría decir muchas cosas Felicidad..
ResponderEliminarentre ellas.. que este texto es de los más lindos que te he leido.. me emociona... esa carta clandestina me llega al corazón y es más siento el deseo dentro de mi...
escribes, bien.. pero sobre todo... tienes una dulzura.. un no sé que.. que me atrae hacia ti.. un imán de sensibilidad y candor...un corazón que percibo potente, y fragíl y sobre todo... rico.. rico de emociones positivas..
y aquí estoy.. a tu lado, contenta por ello..
Un beso y un abrazo
Estrella, me alegra mucho que te haya gustado el relato. No exponer el contenido de la carta tenía sus riesgos literarios, pero el fin era claro.
EliminarTambién me siento contenta que me leas y que tengas una opinión "tan dulce" de mí y sentirte tan crecana.
Tus palabras son generosas y muy positivas y te lo agradezco.
Intento en buena parte de mis relatos -no en todos-, pese a lo duro o no que puedan llegar a resultar, que de alguna manera, más clara o más en sombra, haya siempre un resquicio para la luz.
Estrella, un cálido abrazo. Besos
Me encanta como escribes, me enganchan los relatos y me gusta poner a trabajar mi imaginación -durante- para visualizarlo y -después- para "inventarme" posibles historias e intentar imaginar cual tendrías tu en mente mientras la escribías.
ResponderEliminar¿Habría un motivo oscuro para ocultarle las cartas a su mujer, o simplemente es la necesidad inocente de conservar esa pequeño secreto entre anciano y niña? ¿y la mujer?, observa y calla, ¿por qué, conoce el contenido de las cartas y le enternece la situación participando de ella con su aparente desconocimiento? o por el contrario tiene el corazón partido por el dolor de la traición.
Tal vez no sea nada tan extremo y simplemente sea un juego más o menos inocente entre dos generaciones y la mujer como testigo mudo y divertido de la ultima partida en el ocaso de la vida de su hombre.
A saber...
Lo dicho disfruto muchisimo leyendote :)
Alondra, me alegra mucho Alondra, que te gusten el tipo de relato donde el lector tiene un importante papel, no tanto en la trama y en la historia, como sí en el desarrollo de la misma. Ese abanico de posibilidades que la imaginación multiplica deja un amplio margen para crear nuevas historias a partir de la última línea del relato. Es enriquecedor abrir interrogantes e ir respondiéndolas desde la subjetividad del propio lector. Pienso que todo cuento debe tener dos historias: la que se cuenta y la que está debajo de lo que se cuenta. Lo que Hemingway llamaba la punta del iceberg y lo que no se ve. Y cualquier aportación que se haga es factible.
EliminarAsí que Alondra me has dejado muy feliz con tu comentario, tus aportaciones y esas historias posibles que has entretejido y que me han encantado. Gracias.
Un gran abrazo, amiga
Y tal vez es hacia allà, hacia las estrellas, donde va revoloteando en esa ariscaa gorra, el alma del valiente capitàn...
ResponderEliminarsaludos cordiales
Adelfa, bienvenida al Café Literario.
EliminarAgradezco que hayas venido a este blog y hayas dejado este poético comentario.
Gracias
Un gran abrazo que llegue hasta México
Tienes una gran capacidad para transmitir, Felicidad, tus relatos enganchan desde el principio al final.
ResponderEliminarEl mar... sentir la brisa... mirar el horizonte... el sol brillando en el ocaso... hoy he navegado en tu relato, querida amiga.
Un beso.
María, el mar tiene esas corriente por las que no resulta difícil navegar. Me alegra que hayas destinado parte de tu tiempo a subirte en este navío y dejarte llevar por sus cartas náuticas.
EliminarFeliz de de que te haya gustado el relato.
Gracias María por tus palabras
Un fuerte abrazo
Hola Felicidad, una bella historia del marino y sus misterios, esos secretos que solo el mar conoce. Un placer leerte. Te dejo un beso, cuidate.
ResponderEliminarPoetiza, la inmensidad del mar y la imaginación que las mareas extienden es grande. Y sus olas envuelven secretos que siempre acaban encallando en las rocas o recalando en la arena de las playas.
EliminarGracias Poetiza por tu visita.
Abrazos
Un relato como de costumbre inmejorable, con esos finales inesperados, que te hacen desear que la narración siga, como si dijera un "continuará", realmente tienes una calidad insuperable, adoro leerte, lástima que he estado tan inestable, voy, vuelvo y me vuelvo a ir ( ya parezco puerta giratoria), en fin...
ResponderEliminarBesitos en el alma
Scarlet2807
Scarlet, valoro tremendamente que pases por el Café Literario y me alegra mucho verte por acá pero comprendo y me solidarizo con las vicisitudes de tu vida en los últimos tiempos. A veces es preciso y obligado retirarse, descanar y volver. Lo importante, amiga Marga, es regresar, no cuanto tiempo haya que esperar.
EliminarGracias por leerme y por tus generosas palabras.
Un gran y fuerte abrazo
Como todos tus relatos, nos llevas de la mano hacia la verdadera literatura, la que sale de nuestro interior limpia y diáfana, entregando todo lo bueno que tenemos dentro.
ResponderEliminarMuy buen relato. Gracias por tus visitas.
Algún día podrás venir A Coruña y yo te llevaré a visitarla.
Un beso