Veo aparecer a Alma Valle mientras ausculto los bolsillos del pantalón y de la chaqueta buscando el mechero. Mi cigarrillo sin encender bailotea entre mis labios cuando pasa a mi lado. Nos miramos como dos chacales con cuentas pendientes. Ella entra y se pierde en la algarabía de la sala. Yo aún permanezco unos instantes quemando mis pensamientos en las antorchas que alumbran el jardín. Pero pronto el aire frío que estrecha las calles me empuja al interior. La barahúnda se confunde con el sonido del mambo. El oleaje humano me acerca y aleja de mi mesa. Me uno a ellos y muevo los brazos y las piernas como mis sitiadores. El ritmo viaja por mi cuerpo entregado ya a la danza caribeña cuando vislumbro la cinta y la pluma en la cabeza de Alma. Los dedos de banana de su último amante aprietan su cintura y ella le sonríe como si mirara a otro. Resultan una curiosa pareja, él vestido como un pretor romano y ella de alegre flapper. Sigo de largo al compás que marca la orquesta en dirección a la barra. Él toma su mano y ella comienza a girar en perfecta sincronía con las notas. Me esfuerzo por romper la muralla humana que baila entusiasmada el mambo número cinco. El pretor descuida el estrado y la chica moderna de los años veinte se zafa de sus manos. Tropieza conmigo y me vuelvo, mi solitario antifaz me delata. Bailamos el uno frente al otro retándonos a un duelo que vengue el pasado. Y pone su mano en mi hombro y yo la mía en su espalda. Nos vamos alejando del romano hasta perderlo de vista. Las parejas de baile nos empujan en su frenética danza y nuestros cuerpos se juntan. El rugido de los trombones penetra en la sala. Su mirada cae en mis labios y la mía se propaga por toda su piel. El número del mambo, sí, cinco años sin vernos, desde que no acudió a la cita de aquel hotel en Madrid. Cuando las trompetas resuenan se separa y pienso que lo hace para no sentir. La busqué, la llamé pero solo volvió el eco del silencio. La música le obliga a seguir mis pasos. Nos conocimos en el tren de San Sebastián a Madrid y durante unas semanas el mundo dejó de existir. Me acerco a su oído para pedirle cuentas por su incomparecencia y por las promesas incumplidas, pero los pensamientos enmudecen y solo escucho la palabra ¡mambo! en la voz de los músicos. Sus caderas se balancean enloquecidas y mi deseo encalla desorientado en sus proximidades. Agonizan las últimas notas de los saxofones. Nos soltamos para aplaudir. Me giro y atisbo la pluma de Alma acercándose a la salida. Separo, empujo, desplazo parejas para abrirme paso pero cuando logro alcanzarla ya el romano le coloca su toga sobre los hombros. Me acerco, se quita el antifaz, permanezco con el mío, y ante el pretor le miento, aquel día no me presenté en el hotel porque descubrí que no sentía nada por ti. Sostuvo la mirada, lo supuse cuando me desperté en el hospital cinco semanas después de que un auto me atropellara aquella tarde y nadie preguntara por mí. Baja los últimos escalones y se aleja con el pretor por el camino de antorchas mientras la toga flamea a sus espaldas. El mambo italiano vuelve a poner a bailar a la sala.
Después de tanto tiempo ausente del mundo bloguero, es un placer reencontrarme con tus letras. Excelente relato, ha sido muy gratificante leerlo.
ResponderEliminarUn abrazo
Antorelo, gracias por regresar de nuevo al Café Literario, después de tu descanso.
EliminarTu mesa sigue reservada. Muy amables tus palabras.
Un gran abrazo
A veces se altera el orden natural de las cosas para hacernos encontrar el valor de lo verdadero. Interesante relato Felicidad.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo
Belkis, tienes razón no siempre se cumple lo previsto o previamente trazado. El azar, las circunstancias juegan su papel.
EliminarGracias por venir al Café Literario.
Un fuerte abrazo
Cinco años...cinco mambos...Sincopados, un rítmico y colorido relato.
ResponderEliminarEl destino quiso que ésta pareja no se uniera,ella se quita el antifaz y él permanece con el antifaz (me quedé pensando)como la mentira y el orgullo oscureció lo que tal vez podría haber sido un gran romance, todavía sus manos y sus ojos se reconocían durante el baile, pero el lenguaje del cuerpo no siempre está en sintonía con el del alma.
Me encantó la dinámica de ésta historia, como siempre un disfrute querida Felicidad!.
Inmenso abrazo y buen comienzo de semana.
Adriana, sí, el juego del número es importante en este relato.
EliminarTraté que la cadencia interna de la historia tuviera el mismo ritmo que la canción que escuchaban los protagonistas, en esas notas a contratiempo. El baile de disfraces tiene varios significados y referencias simbólicas, sin duda. Y donde, efectivamente, sentimienstos y emociones danzan y se ocultan o afloran en una comunicación difíci entre silencios, supuestos, pérdidas...
Gracias Adriana, por venir cada semana y dejar tu interesante comentario.
Un cálido abrazo
Buenísima historia. El juego de sus cuerpos al copas del mambo, se enfrentan entre el baile y el deseo y ese final lo ha dejado al protagonista sin palabras. Fue un cachetazo a su arrogancia.
ResponderEliminarComo siempre ha sido un placer leerte.
mariarosa
Mariarosa, efectivamente, como le comentaba a Adriana, el ritmo, la música desempeñan en este relato un papel importante. La ambientación, como en algunos anteriores, es un personaje más, como lo es elgrupo de baile que los rodea.
EliminarGracias amiga por venir al Café Literario y por tu comentario.
Un gran abrazo
PD: He intentado entrar en tu blog para leer "La llave" pero me dice que la página no existe
Maravillosa historia muy bien ambientada, donde es notable como se percibe el contraste entre el estado de animo taciturno del protagonista y el frenetico ambiente alegre, junto a la necesidad de hacer algo con esa tristeza que recorrio su vida por los ultimos cinco años.
ResponderEliminarSiempre una nueva, apasionante entrega, gracias Feli! Un beso a puro mambo number five!
Carolina, me alegra que hayas reparado en ese contraste entre la algarabía y el personaje que solitario y silencioso se mueve en medio de una sala que bulle en un baile de disfraces, y se encuentra con esa historia de hace cinco años que danza a su alrededor y que aún no ha resuelto.
EliminarGracias por leer y escuhar este mambo.
Un cálido abrazo
Esta lectura me ha embaucado de tal manera que me ha parecido escuchar las notas del mambo por debajo de los pensamientos del protagonista, oler el perfume de ella mezclándose con el ritmo de la música hasta convertirse en uno para confesarle lo que él no habría querido oir nunca.
ResponderEliminarUn verdadero placer leerte.
Belén, me alegra que te hayas dejado por el ritmo y los pasos del mambo mientras lees este relato.
EliminarAgradezco tu visita al Café Literario y que hayas dejado tu amable comentario.
Un gran abrazo
Felicidad,muy bien llevado ese juego del baile de disfraces y la vida...Todo gira al ritmo de la música,de esa música,que altera los sentidos,confunde las mentes y divaga entre la realidad y el sueño.Una historia,que se quedó parada en el tiempo y ahora mueve los recuerdos alterados y distorsionados...Danzan la desconfianza,el orgullo y la distancia, rozando el sentimiento,que ha evolucionado y ya no es el mismo...Las mentes y los corazones chocan en la algarabía de los cuerpos en el baile...Al final vence la música,que sigue adelante en su vertiginosa caravana de ritmo y olvido...
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo grande por este excelente relato,amiga.
Mi abrazo inmenso por ser,estar y escribir tan bien.
FELIZ SEMANA,FELICIDAD.
M.Jesús
María Jesús, sí, es una historia que tras a los cinco años de silencio reaparece en medio de una gran algarabía y en un baile de disfraces. Uniendo y deshaciendo encuentros, la música es un personaje más dentro de la trama con su propio ritmo y su propia simbología.
EliminarTú has descrito los sentimientos con profundo y acertado sentido poética. Es un baile en el que también se dan cita los sentimientos enmascarados.Y al final sigue la música.
Gracias por tu presencia en el Café Literario
Un gran y cercano abrazo
Otro relato que me envuelve y hasta se me mueven los pies al compás del mambo!
ResponderEliminarTus letras son increíbles, mi admirada escritora, porque las presentas e hilvanas tan gráficas, envolventes y cercanas, que formas parte de la trama, hasta sin quererlo.
Es muy difícil mantenerse al margen y buscar la objetividad con tus personajes y sus vivencias. En la historia actual, te arrastran en su "sincopado baile" y su pasado se hace presente con una pasión arrolladora.
Me parece complicadísimo crear toda esa atmósfera y paisaje, en unas cuantas líneas que ocupan tus relatos y, como si fuera poco, tus finales sorprenden y hasta dejan abiertas, de par en par, las puertas de la imaginación... y sigues cavilando un rato sobre el atropello, ¿fortuito o no?.
Mis respetos, mi enhorabuena y deuda semanal por estos ratitos literarios tan
enriquecedores.
Cariños varios, mi niña.
Juglar,intenté que la música, el ritmo del mambo, se escuchara, o al menos se sintiera por todo el relato, con sus idas y venidas, acompasado y rítmico. Así que me alegra lo que me comentas. Busco, Juglar, busco que el lector participe en algún grado en el relato y que éste, a veces, sea una carta de navegación para sumergirse en aguas más profundas. Si la historia estimula la imaginación e, incluso, si ésta no acaba después del punto final, es una grata señal.
EliminarTe agradezco, amiga, que pases por el Café Literario y dejes tus enriquecedores comentarios.
Un gran y cercano abrazo
Hola Felicidad!
ResponderEliminarSuele suceder que nos inventamos una realidad y nos aferramos a ella, cuando lo real es algo muy distinto...
Muy buen relato, donde la música es el complemento perfecto...
Beso grande!
RoB
Rob, sí, la música que envuelve la trama, de alguna manera, obliga a los personajes a enfretar sus sentimientos contradictorios cinco años después. Es cierto que ante determinadas cicunstancias el ser humano necesita inventarse una realidad a medida. El peligro deviene cuando olvida que esa relidad se la inventó.
EliminarGracias por visista al Café Literario y dejar tu comentario.
Un gran abrazo
Buen texto. Interesante relato. Un placer pasar por aquí. Te envío un cálido saludo y muchas bendiciones..
ResponderEliminarDarwin, gracias por visitar el Café Literario.
EliminarAgradezco tu cimentario.
Un gran abrazo, amigo
Un relato trepidante, con un ritmo atronador; lleno de pasión, ansiedad y sobre todo la acción de una sala de baile desbordada.
ResponderEliminarHe disfrutado mucho de este relato.
No te veía en las actualizaciones de mis blogs, algo ha debido de pasar. Trataré de subsanarlo.
Saludos,
josé
José, sí, es un relato donde múscia, silencio y algarabía se mezclan en una historia que pretende ir a la ritmo del baile.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Gracias por entrar al Café Literario.
Un gran abrazo
Tus letras logran envolverme en la atmosfera de la sala, que bajo las notas de un trepidante mambo, lleva al protagonista de la historia a reencontrarse de nuevo con la historia inacabada cinco años atrás. Él solitario y taciturno divaga entre la realidad y aquel lejano recuerdo…Ella en su danza desenfrenada y pasión arrolladora….Ya no sienten lo mismo el orgullo hace hueco en su mente…Ahora solo le queda olvidar…
ResponderEliminarMe he quedado con las ganas de continuar leyendo…Y saber que más puede suceder…
Gracias Felicidad por tus relatos y enhorabuena.
Un cálido abrazo
Sneyder, así es, hay un marcado contrapunto entre la sala rebozante de júbilo y ritmo y el personaje que cinco años después permanece anclado a sus pensamientos y a un recuerdo del que aún no ha logrado desprenderse.
EliminarSí el relato solo se detiene en el instante del encuentro y en el drama de la incomunicación.
Gracias a ti, amiga, por venir cada semana al Café Literario y dejar tu siempre interesantes y enriquecedoras aportaciones.
Un gran abrazo
El antifaz es el símbolo que nos habla de las mentiras y de los ocultos orgullos que enlazan a los personajes; pero no tan solo ellos dos están insertos en la metáfora, es la vida y su baile incesante. Vivir es danzar mambo, tango, blues, cualquier danza expresa la vida. El que baila mejor es el que ha aprendido los pasos y se libera en cada acorde. Quien baila sin disfraz es un ser abierto, transparente, que no requiere de falacias. Pienso como Sneyder, creo que este relato puede tener una segunda parte...
ResponderEliminarBesitos Felicidad, como siempre maravillosa.
Taty, las máscaras, en este caso el antifaz, es el elemento clave en muchas relaciones fracasadas. Detrás de una imagen puede no estar lo que refleja. Sí, el baile, esa danza que se realiza en torno al son que se toca, que se sigue o que se pierde, o que se lleva de acuerdo al propio ritmo. Y, como bien apuntas, en este relato se escenifica un baile muy significativo con la trama, de disfraces.
EliminarQuiero agradecer tu mirada poética que disecciona y enriquece la historia.
Besos y feliz semana.
Hola Felicidad, siempre bellos y llenos de sensaciones tus relatos que hacen que el pensaiento vuele en libertad mientras te leo. Cuidate.
ResponderEliminarSandra, me alegra que mis relatos lleven a tus pensamientos por territorios libres e imaginativos.
EliminarGracias por visistar el Café Literario.
Un gran abrazo
Felicidad, una pintura bien lograda de una relación trunca. ¡Qué pena! Tus descripciones son un deleite y tu narrativa, clara, precisa, inigualable.Como siempre, dejo de venir a este Café, no por voluntad, descontado, sino por falta de tiempo*, y siento siempre el mismo respetuoso placer de saborear su esencia, la tuya, amiga. Te envío un fuerte abrazo con aromas de tangos, flores, mares y sabiduría de la vida. Recuerda que siempre Estoy.
ResponderEliminar*(La operación de cataratas de un ojo de mi madre con casi 88 años me ha demandado un tiempo extra, por los cuidados y preparativos, médicos especialistas de por medio. El 15 se opera el otro, previo el ritual de rigor:estudios, exámenes, etc. En mis Blogs, por previsión tengo entradas programadas, pero ya se agotan. . .)
Zuni, gracias por dedicar parte de tu complicado tiempo a leer en este Café Literario.
EliminarAgradezco tus amables palabras, amiga.
Espero que tu madre salga muy bien de sus intervenciones y se recupere lo antes posible. No te preocupes lo entiendo perfectamente. Conozco y comparto tu cercanía.
Un cálido abrazo
Una historia atrapante que nos sitúa en un mundo de disfraces, de ocultamientos, de silencios y miradas... Es un deleite descubrir una trama rica en matices y descripciones perfectas, en un laberinto de sueños, recuerdos y deseos no cumplidos... Es todo tan real que hasta me parece ver las imágenes porque armonizas tan bien las secuencias y la ambientación que nos transportas a esos lugares, sintiendo lo mismo que esos personajes tremendamente enigmáticos.
ResponderEliminarMe recuerdas a García Márquez cuando describía a Macondo y cada uno de sus recovecos con palabras tan exactas que no tenía otra alternativa que imaginar y eso era maravilloso.
Un beso querida Felicidad.
Siempre tarde yo, pero llegó...
Cariños enormes.
Luján, sí, la historia está ambientada en un lugar bullicioso dode todos bailan al campás de un mambo pero en medio danzan los silencios, la incomunicación, el disfraz... Por ello el marco y la escenificación de la trama tienen una gran y simbólica importancia.
EliminarLas imágenes, los detalles, por tanto, son elementos significativos en el texto.
Agradezco tu comentario enriquecedor y tus palabras siempre consideradas con mi trabajo.
No te preocupes por la tardanza, el Café Literario siempre está abierto.
Un cálido y gran abrazo, amiga
Buen titulo y muy apropiado, siento que la voz masculina del relato se siente como la nota musical, en medio de otras dos, que a pesar de su valor se pierde entre las demás voces y recuerdos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y un gusto pasar por tu café.
María, de alguna manera este relato es, efectivamente, una canción, un texto musicado donde se alternan las notas del mambo y los silencios de los años incomunicados y de los recuerdos que bailan bajo los disfraces en una soledad sonora.
EliminarMaría, gracias por pasar cada semana desde Venezuela por el Café Literario. Un lujo para mi.
Un gran y cálido abrazo
Me llama la atención que el relato gravita sobre la llama amatoria del protagonista que permanece encendida aún después de la despedida. Esa sutil esperanza que ha permanecido dentro se mantiene en el ritmo de lo leve y lo conciso. Lo leve desde que el mundo desaparece en el tren (metal, solidez), luego cuando la cita no se da y lo que sigue es el silencio en el hotel, de nuevo lo estructurado y sólido. La música trae en la levedad a la mujer en la solidez del pretor, mientras los rostros se ocultan y develan en medio de una danza uniendo el pasado e insuflando angustia y tensión a un posible aterrizaje de una respuesta que no llega. La respuesta del protagonista es como una bocanada de aire de quien se asfixia ante la incertidumbre o de quien estira el brazo para prenderse de algo en la vertiginosa caída, algo que de solidez y piso a esa levedad del alma que no llega a ninguna parte. No importa que sea una mentira pero ya no puede flotar más sin ningún rumbo, entonces de nuevo la solidez llega e inmediatamente se aleja, esta vez con la verdadera respuesta. Y en el vacío la música sigue leve tal vez como definitiva respuesta.
ResponderEliminarUn abrazo Escritora!!!
Aristos, me parece muy interesante el análisis que haces del relato en ese contrapunto de solidez y levedad de personajes, acontecimientos y escenificación. En esa contraposición que vas desbrozando subyace, a su vez, una cadencia rítmica.
EliminarLa vida, los sentimientos, las verdades a medias, el silencio, la danza, los pensamientos, los recuerdos, expresan esa ingravidez tan consustancial al ser humano. Alrededor, la contundencia de la realidad los sitia. La incomunicación, como bien señalas, es asfixiante y cualquier gesto que la atenúe es ejecutado pero sin medir,aparentemente, las consecuencias, aunque esta acción provoque una respuesta no deseada.
Gracias Aristos por tu análisis del relato, no me canso de repetir que supone una perspectiva enriquecedora que ilumina el texto.
Un lujo amigo que pases por el Café Literario.
Un gran abrazo
El ir y el venir del curso de la vida, el destino de dos personaje, Alma y él, los ambientes del pasado y el presente los sitúan entre San Sebastían y Madrid y el mambo es la oportunidad para el acercamiento de dos seres cuyos sentimientos quedaron unidos desde algún momento del pasado, ese ritmo que los hace volar y reconocerse, mutuamente, enamorados, permite a la vez, al no haber el diálogo en el que la palabra podría ser la que empujara la verdad a la superficie, el preludio para que él sepa que pasó con Alma hace ya cinco años...pero, a estas alturas, él ya le ha perdido para siempre.
ResponderEliminarMagnifico relato propio de una escritora con una estupenda imaginación y un gran derroche de virtuosismo.
Felicitaciones Felicidad!!!
Gustavo, así es, el mambo, la música, la danza rítmica vuelve a poner en contacto a dos personajes que arrastran cuentas pendientes.
EliminarEl silencio, ese depredador, de tantas emociones, sentimientos, relaciones, se entremezcla con la algarabía aunque intente denodadamente hacerse oir. La incomunicación puede producir efectos devastadores. El resto se encarga de destruirlo el paso del tiempo.
Agradezco la riqueza y profundidad de tu análisis y comentario que contribuyen y enriquecen las miradas sobre esta historia.
Un fuerte abrazo
El ritmo narrativo del relato es francamente sorprendente, Felicidad, conseguido por tu pericia narradora pero también por las notas de ese mambo y los pasos de ese baile que el lector ve y oye , y que acompasan al devenir de los acontecimientos.
ResponderEliminarEse "baile de máscaras" también es un gran acierto simbólico. Lástima que caigan de la cara demasiado tarde, cuando el daño mutuo ya está hecho y la incomunicación ha seguido su cauce.
Te felicito, insisto, por crear una escena visual tan real, una escena auditiva tan audible y una escena vital tan reconocible, solo con la alquimia de tus palabras.
Siempre, maravillosa, Felicidad.
Abrazos.
Marisa, así es, de alguna manera, he pretendido que este relato tuviera una banda sonora muy significativa pero también que se identificara a lo largo de todo el texto. La sonoridad, el ritmo, el compás, el contrapunto...debían ensamblarse con los personajes y sus movimientos, internos y de baile.
EliminarLa incomunicación, en una sociedad bastante interonectada como la actual, es un aspecto que me parece interesante abordar con todas las simbologías posibles y en sus diversas vertientes.
Gracias por tu visista al Café Literario, por dejar tu comentario de análisis muy certero y por tus consideraciones hacia mi trabajo. Son un estímulo.
Un gran y cálido abrazo
relatos como este, convierten en
ResponderEliminaradicto al lector,
por eso, aquí estamos
Saludos
Omar, gracias por tus palabras y por entrar al Café Literario
EliminarUn gran abrazo que llegue hasta ese hermoso país que es Uruguay
Hola Felicidad. Tu pluma danza por el salón al compás de tu increible imaginación. Manejas la narrativa de manera sorprendente...siempre deseo seguir leyendo y termino volviendo a leer el relato. Lo disfruto, me pongo mi máscara y estoy dentro del salón persiguiendo a tus protagonistas al compás del MAMBO, desfilando por sus sentires, soledades encuentros y desencuentros...
ResponderEliminarSiempre te lo digo y nunca me cansaré: te admiro.
Eres ¡MAGNÍFICA!
Abrazo positivo
Mara, me alegra mucho que hayas entrado a la sala de baile y hayas recorrido los pasos rítmicos de los personajes. Es importante que el lector participe en la historia para que pueda ser completa.
EliminarNada me hace más feliz que te hayas colocado el antifaz para disimular tu condición de lectora y vivieras tan de cerca la historia.
Amiga, tus palabras son muy cálidas y las tomo como estímulo para seguir trabajando y esforzándome en mejorar.
Gracias por venir siempre a este Café Literario
Un gran y cercano abrazo
Hola Felicidad, tus relatos me llevan siempre a lugares magicos....Bellas tus letras amga. Cuidate mucho.
ResponderEliminarSandra, gracias por viajar hasta el Café Literario y leer en una de sus mesas.
EliminarUn gran abrazo
Como siempre Felicidad, no dejas de sorprenderme con tu versatilidad y tu talento narrativo, que te introduce en la historia, te hace no solo leerla, sino seer parte de ella y quedar con ganas de que continúe, siempre tus relatos me saben a poco y quisiera continuar, eres realmente una MAESTRA!...
ResponderEliminarBesitos en el alma
Scarlet2807
Scarlet, intento, en la mayoría de mis relatos, que el lector sea casi un personaje más. Que participe desde su particular mirada y que tenga cierto grado de implicación. Amiga, no siempre se logra, pero es uno de mis objetivos.
EliminarEres muy amable en tus palabras y consideraciones. Y agradezco tu opinión, me ayuda a no descuidar el trabajo.
Un cálido abrazo
Felicidad,qué buena eres escribiendo relatos y comentarios,amiga.
ResponderEliminarMi gratitud por tus palabras,que siempre llegan al alma e impulsan a seguir creando y recreando la vida.
Mi abrazo inmenso y feliz fin de semana para ti.
M.Jesús
María Jesús, tu poesía es un canto a la vida y un placer literario leerla y sentirla.
EliminarGracias a ti por tus palabras.
Un gran abrazo y muy ben fin de semana
También estuve en la sala y entre el bullicio musical y humano vi salir la pluma de Alma Valle...
ResponderEliminarEs tan fácil imaginar tus escenas que me siento al lado de los protagonistas; esta vez me hubiera gustado quitarles a los dos el antifaz a la vez y haber dibujado una gran campana donde meter al pretor, al menos hasta que los ausentes (cinco años) hablaran serenos.
Un abrazo y mi felicitación por tu "pluma".
Towanda, me alegra que hayas disfrutando de la música rítmica del mambo y que hayas estado tan cerca del baile de los personajes. Sin duda el pretor y su toga que cubrieron una historia de cinco años pendiente de resolución, sentenció el encuentro.
EliminarGracias amiga por visitar el Café Literario.
Un fuerte abrazo
Deseaba venir aquí para ser parte del relato , para sentirme inmerso en las vivencias y en las imágenes de esta sala de baile , esa manera tan tuya de describir lo ficcional me atrapa y me dejo llevar por tu pluma exquisita .
ResponderEliminarGracias Felicidad por compartir tu talento y por tu presencia siempre importante para mi .
Un fuerte abrazo.
Pablo
Pablo, es muy importante para mi que el lector sienta y participe del relato y me hace feliz que así lo hayas percibido en medio de un mambo que junta y separa personajes perdidos en sus desencuentros.
EliminarGracias amigo por tu consideración hacia mi y por la amabilidad de tus palabras.
Un gran y cálido abrazo que llegue hasta el hermoso país hermano de Ecuador.
Me encanta este estilo de flashes; me gusta este ir y venir por la mente con la apariencia de una escritura mecánica que suena exactamente como los trombones que llenan de sonido el espacio por encima de los otros instrumentos pero sin apagarlos.
ResponderEliminarEn mi opinión eres una excelente y original narradora, Felicidad. Es una delicia leerte. Has adquirido un estilo personal y atractivo. Un abrazo. Aurora.