El
amanecer parpadeaba en el horizonte como la línea negra que perfilaban sus
ojos. Acuosos, vencidos por la madrugada, se buscaban entre los lunares de
herrumbre que se dispersaban por el azogue. Los cirros carmesí enredándose en
el bosque al otro lado de la carretera se dibujaban en sus labios que repasaba
bajo la luz desgastada que colgaba sobre el espejo. Salió del baño suspendida
en los tacones de aguja y se sentó junto a la ventana que daba a los
surtidores. Me pidió un café y su edad joven se me hizo incalculable. Encendió
un cigarrillo y le advertí que estaba prohibido. Insistió que no había nadie en
el local. Dejó escapar el humo y lo apagó. Como cada mañana desde hacía más de
un año esperaba la llegada de Ezequiel. El viejo aparcaba la camioneta y
entraba cubierto por una gorra azul petróleo con la visera deshilachada. Enjuto
y algo desgarbado se sentaba frente a ella. Intercambiaban unas frases apenas
audibles y antes de marcharse la mujer abría el bolso y le entregaba un pequeño
fajo de billetes. Después de tomarse un café se alejaba en su oxidado auto. Me
preguntaba qué relación mantenía el viudo y ya jubilado mecánico de nuestro
taller con aquella desconocida. La mujer que todas las noches se situaba al
borde de la carretera comarcal y esperaba a los esporádicos clientes que
atravesaban esta solitaria ruta.
Una
madrugada de enero en la que la escarcha anidada entre las hojas de las acacias
caía temblorosa sobre el asfalto me acerqué con una taza de café caliente. Traté
de convencerla para que entrara antes de que se congelara. Me sonrió por
primera vez bajo la escasa luz que llegaba de la gasolinera. Hace mucho tiempo
que estoy helada. Y la deseé más que otros amaneceres y regresé solo al
almacén. Me devolvió la taza y me pidió otro expreso. Se sentó donde
acostumbraba. Las mesas permanecían vacías. Yo estaba al otro lado de la barra
secando y colocando vasos. Ezequiel aparcó delante de los surtidores. Esta vez
no se acercó a la mujer. Se dirigió a mí y me pidió unos chocolates. Antes de
salir la miró pero la mujer había posado sus ojos en la camioneta. Alguien lo
acompañaba pero no pude saber de quién se trataba hasta varios días después.
Desde
esa madrugada la desconocida no regresó. Una mañana cuando mi servicio estaba a
punto de concluir Ezequiel entró dispuesto a comprar dos cañas de pescar.
Pasaría unos días de acampada junto a la laguna de Los Tilos. Compró provisiones para dos y me ofrecí a
llevárselas a la camioneta. Sentía una curiosidad abrasadora. Ya veo que no va
solo. Un Ezequiel distendido me presentó a Manuel de apenas diez años. Tenía su
custodia hasta que la madre, una sobrina de su mujer, saliera de prisión.
Hola Felicidad,
ResponderEliminarme gusta esta historia como guion de una pelicula, tiene todos los condimentos que a mi, de primera vista, me son atractivos. Desolacion, paraje desertico, soledad, y frio, sobre todo mucho frio en el cuerpo y el alma de los protagonistas, seres desangelados por las circunstancias que le tocan vivir, pero que al final aparece una mano que comienza a descorrer de su alma la oscuridad.
Un fuerte abrazo hasta Bórcor.
Carolina, los personajes aislados en sus mundos y en esa relación circunstancial o crucial en una gasolinera de una carretera solitaria. Enfrentados a sus realidades. Coincidentes o distantes.
EliminarSí, hay desolación y subyace en ellos la fría soledad de un frío amanecer.
Gracias amiga por inaugurar los comentarios de este relato y por tu análisis tan certero.
Un abrazo grande hasta Buenos Aires.
Olá Felicidades,
ResponderEliminarMaravilhoso essa história,
adorei os detalhes e a forma que conduziste o conto.
Lendo seu conto senti até o cheirinho desse café expresso.Eu adoro café.
Adorei a imagem!
Beijos e ótima semana!
Smareis, gracias amiga de Brasil por tomarte un café en este espacio literario y por dejar tu amable comentario.
EliminarÓtima semana también para ti
Un gran abrazo
Buenos días. Parece que el sol no nos va a perdonar hoy. Me voy a mi mesita... Tomaré uno con leche.
ResponderEliminarEl calor, que entra ya con fuerza a través de los cristales, me hace pensar en esa muchacha que llevaba tanto tiempo helada y en Ezequiel y en el niño Manuel.
Tres almas luchando por sobrevivir y un escalofrío que, a pesar de la estupenda mañana que hace, me ha recorrido todo el cuerpo al leer la última frase.
Guaaaaaau!, fantástica historia. Me he sentido parte de ella. Hubiera querido abrazarles, sobre todo al tío Ezequiel, que se está comportando como un padre para los otros dos protagonistas.
Un beso enorme, tesoro, que me encantas.
Towanda, el sol tamizado por la vidrieras policromadas del Café Literario te dan un aire de mujer misteriosa en las mañanas de este local, amiga Towanda.
EliminarLa soledad compartida sigue siendo soledad pero tal vez conceda alguan oportunidad a nuestros personajes.
Un beso grande para ti que cada lunes inviertes tu tiempo en tu, ya, Café Literario. Una alegría encontrarte por aqui.
Una historia que golpea por lo cercana a la realidad, hay tantas mujeres en la misma situación. Ella al menos tiene la paz de que alguien cuidará de su hijo. El relato comienza como un poema,con un amanecer parpadeando y termina con la esperanza de otro amanecer. Bellas letras, como siempre mi querida Felicidad. Un saludo.
ResponderEliminarmariarosa
Maríarosa, así es amiga, la realidad tiene aristas no solo heladoras sino punzantes y difíciles de encauzar.
EliminarLos personajes comparten un paisaje solitario que de alguna manera los acerca y les permite compartir sus propias desolaciones.
Amiga, gracias por visitar cada semana el Café Literario y por dejar tu comentario atento.
Un gran abrazo
Felicidad, sin lugar a dudas tienes un don especial para la descripción, sobre todo, de personajes.
ResponderEliminarLeyéndote es imposible no imaginarse el aspecto de la protagonista que coincidirá, casi al cien por cien, con el que tú has creado.
Y el final siempre sorprendente.
Feliz semana.
Un cariñoso beso.
Belén, sí este es un relato básicamente de personajes enfrentados a su realidad solitaria en un lugar también desolador y de tránsito.
EliminarAgradezco mucho tu lectura y tus palabras. Gracias por dedicar tu tiempo a este blog.
Un cálido abrazo
Las separaciones obligadas entre padres e hijos en las condiciones que una sociedad injusta y egoísta genera y reproduce se convierten en las mas dolorosas situaciones y repudiables de esas mismas sociedades. Desafortunadamente esto no es ficción literaria y los hechos golpean a diario a miles de inocentes niños en el mundo y más en los países pobres o mejor dicho empobrecidos por los abusivos de siempre en el poder.
ResponderEliminarCon qué gusto recuerdo los versos del gran Lorca que escupían a la cara a esa mitad del mundo sin importarle porque estaba convencido que esa otra mitad del mundo lo entendía.
Relato fuerte.
Abrazos Escritora!!!
Aristos, sin duda la parte más vulnerable de la sociedad es la de la infancia. Cualquier tipo de conflicto familiar, económico, bélico, social, etc., les afecta de una forma dramática, dolorosa y siempre injusta. El silencio es cómplice de esa injusticia.
EliminarLos personajes de este relato se citan en sus soledades y enfrentan sus mundos, sus realidades y sus desarraigos en un ambiente simbólicamente gélido.
Tu perspectiva siempre enciende luces bajo las que reflexionar.
Un gran abrazo
Hola Felicidad una historia muy dura y que se puede vivir a la vuelta de cada esquina, es una historia pero es la realidad de esta sociedad, con distintos rasgos pero la vida misma
ResponderEliminarNo todas terminan con ese alo de esperanza, con esa mano que se extiende para ayudar
No siempre se encuentra una bella persona como tío Ezequiel
Lola, a veces es complejo determinar la línea fronteriza entre realidad y ficción. Donde acaba una y donde comienza la otra o si son dos caras de la misma moneda. Sin duda la dureza y dramatismo de muchas situaciones no deja margen a la esperanza. A veces hay que buscarla y hasta fabricarla.
EliminarGracias amiga Lola por tu lectura y comentario.
Un gran abrazo
Un mes muy frío, el de enero, en el que la escarcha es un manto que cubre el frío asfalto, un mes en que el relato se desenvuelve desde la cruda y también fría muy fría realidad de unos fríos y solitarios personajes.
ResponderEliminarUn beso.
María,tu mirada poética siempre es una interesante y rica perspectiva desde la que ver el relato
EliminarGracias por tu tiempo y por dejar tus impresiones.
Un gran abrazo
Felicidad, amiga, me encantas siempre.
ResponderEliminarPor la vez, me ha llamado la atención el espacio, casi siempre "no-lugares": la carretera, la camioneta, la gasolinera, la prisón... Personas desplazadas.
Gracias.
Gilson.
Gilson,así es, el espacio y el ambiente que envuelve a los personajes refleja esa desolación y soledad en la que viven. Una gasolinera aislada en una carretera solitaria y todo lo que esto puede significar.
EliminarGracias por tu lectura y por tus palabras.
Un fuerte abrazo
Felicidad,gracias por tus palabras,amiga.
ResponderEliminarTremenda historia nos cuentas.Los personajes atienden sus trabajos,sus circunstancias con temple y fortaleza...El narrador es testigo de dos historias conmovedoras,la chica que vende su cuerpo para alimentar al hijo de sus entrañas y el viudo,que cuida a un extraño como a su propio hijo...
A veces la vida nos enfrenta a varios retos,sin dejarnos mucho margen para defendernos y salir airosos...En cualquier caso, el hombre tiene a su espíritu,que siempre le depara la luz en el camino para aprender y superarse continuamente...
Mi felicitación por tus historias,impresionantes reflexiones,que siempre nos adentran en el alma de los personajes para vivirlos a tope y hacerlos nuestros.
Mi abrazo inmenso por tu maestría y buen hacer.
Os dejo por un tiempo,pero volveré,os echaré de menos...Tengo que seguir compartiendo vuestras letras y vuestra amistad,es toda una aventura y un placer,amiga.
Feliz verano Felicidad y hasta pronto.
M.Jesús
María Jesús, agradezco tu lectura atenta y tu análisis profundo que ilumina y enriquece el relato.
EliminarSon personajes que las circunstancias retienen o dejan marchar en el oleaje de la realidad no siempre justa.
Gracias por tu tiempo y por tus amables palabras.
Querida amiga te deseo un feliz verano junto a tu familia. Te echaremos de menos y aguardaremos tus nuevos y luminosos poemas.
También yo me tomaré un obligado y necesario descanso.
Nos encontraremos a la vuelta.
Un gran y cálido abrazo
Excelente narrativa poblada de imágenes que me resultan muy verídicas.
ResponderEliminarMe identifico con Ezequiel!
Felicitaciones y un abrazo desde una Copenhague enamorada de la vida,
Ian.
Ian, gracias por venir desde la hermosa ciudad de Copenhague al Café Literario.
EliminarAgradezco tu tiempo, tu lectura y tu comentario.
Un fuerte abrazo
El frío, esas alboradas solitarias, silentes, un paraje de bosques, una gasolinera y el cansancio y la desolación mordiendo la carne y el alma de una joven forzada a la profesión más antigua del mundo; como muchas otras mujeres, en cualquier paraje del mundo, esta joven, madre soltera, o separada o abandonada a su triste suerte, debe ganarse el pan con el sudor de su carne (cosa que para ella y muchas mujeres pobres del mundo es algo que las derrumba como seres humanos día tras día). Ella no tiene un futuro y por eso cuando una madrugada ve llegar a Ezequiel, el esposo de una tía de ella, y nota que en su desvencijada camioneta va un niño, su niño, para ella ya no existe nada más...creo que su dolor de alma tocó fondo en ese instante y toda su condición de paria de la sociedad fue un peso insoportable para ella...ese día desapareció y me parece que terminó en la cárcel...y, mientras tanto, como en la realidad, los seres humanos, niños y adultos, viven el drama de una sociedad envilecida y excluyente.
ResponderEliminarComo siempre, mi amiga Felicidad, tus relatos son fantásticos con un manejo exquisito de nuestro idioma.
¡Una gozada leerte!
Gustavo, tu análisis poético del relato, expone la gélida realidad que envuelve el lugar y a los personajes. Donde se cruzan destinos pero también la sinrazón de la injusticia. La implacable dureza de vidas atrapadas en un círculo complejo y dramático. La sociedad, como señalas, margina, desplaza y condena. No es fácil para muchos seres humanos mantener esa dignidad que se les arrebata y se les niega.
EliminarGracias Gustavo por tu visión y por plasmarla de esa forma literaria que tanto admiro.
Un gran y cálido abrazo
Una historia que me mantuvo expectante todo el tiempo,con personajes totalmente de carne y hueso, con sus luces y sombras,como la vida misma, y no por ello le quitan hermosura, sino que le añaden "humanidad" y singularidad.
ResponderEliminarcomo siempre un relato apasionante querida Felicidad.
Te dejo un cariñoso abrazo, es un gusto leerte saboreando un cafecito.
Adriana, ficción y realidad en este relato se mezclan hasta ser irreconocibles. Lamentablemente son muchos los seres humanos que tienen que sobrevivir al margen de la sociedad o en sus límites. Personajes que se encuentran en esta gasolinera de carretera solitaria, metáfora y símbolo.
EliminarAmiga, el cafecito va por cuenta del Café Literario.
Un gran abrazo y felicitaciones un poco retrasadas por el 9 de Julio Día de la Independencia de la República de Argentina.
Buenas noches Felicidad. No comento los blogs , así tengo más tiempo para formarme. Pero en tus historias, aunque no me enseñaran a componer los sonetos-que me traen mareada- aprendo humanidad.
ResponderEliminarTu historia es gélida, como muchas vidas de personas azotadas por las circunstancias de la vida. Pero al final, todos los hilos se mueven tras el amor.
Unas cañas de pescar, un viejo y un niño compartiendo amor de amistad. Me quedo con tu final.
Con ternura
Sor.Cecilia
Sor Cecilia, gracias por pasar por este Café Literario y dejar tus palabras cargadas de generosidad y que son un estímulo y que me invitan a reflexionar. Un honor y un gran aprendizaje.
EliminarA pesar de la la dureza en la que por desgracia muchos seres humanos se ven obligados a vivir sin apenas horizontes a los que contemplar, al menos debe quedar un resquicio para la esperanza.
Deseo que muy pronto tu formación en la compleja técnica del soneto nos permita disfrutar de tus creaciones literarias.
Un gran y cálido abrazo
Maravillosa historia amiga de principio a fin. Un placer leerte. Cuidate.
ResponderEliminarSandra, me alegra que te haya gustado el relato.
EliminarGracias por tu visita y por tus palabras.
Un fuerte abrazo
Tus relatos son como "trailers de películas" que después de verlos, tienes ganas de ver la película entera.Pues así me pasa, que me apetece leer el libro entero, aunque este sin escribir.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jorge, creo que un relato no debe contener una historia única sino que debe existir, al menos, otra que aunque no se lea el lector la intuya o la desee construir entre línea y línea. Así que Jorge me siento muy feliz que quieras seguir leyendo.
EliminarMuchas gracias, amigo.
Un gran abrazo
Una historia a ras de suelo. De ésas que te puedes encontrar a la vuelta de la esquina o en cualquier gasolinera (que nos pasan desapercibidas siempre). Un estilo directo y conciso para narrarla.
ResponderEliminarGracias, todos podemos aprender algo de ti o, al menos, intentarlo.
Un abrazo. Aurora
Aurora, tienes razón, es una historia extraída de la ficción pero que está muy próxima a la realidad. A la dureza de tantas situaciones.
EliminarYo te agradezco esas palabras tan generosas que son un estímulo pero yo aprendo mucho de ustedes y de la literatura que encuentro en sus blogs
Un gran abrazo hasta Asturias.
Sabes, Felicidad, siempre me han despertado curiosidad los bares de las gasolineras.
ResponderEliminarPorque son lugares de paso, porque entran y salen seres continuamente, cada uno con su historia y su caminar.
(Me gusta observarlos en los lugares públicos, intentando averiguar qué se esconde detrás de cada mirada)
Tu historia es entrañable y, como siempre, querida amiga, nos regalas la oportunidad de divagar e imaginar la trama real.
Cariños cercanos, escritora.
Juglar, también a mi me seducen esos lugares de tránsito. De vidas suspendidas en un instante, que transportan tantos sentimientos, emociones, pensamientos, experiencias y que su paso fugaz, a veces, nos dejan imaginando.
EliminarGracias por tu huella en este Café Literario, amiga.
Un muy cálido y marítimo abrazo
cuando todo es tan ajeno, pero a la vez, tan interrelacionado
ResponderEliminarsaludos
Omar, gracias por tu lectura y por tu comentario siempre certero.
EliminarAgradezco tu paso por el Café Literario
Un gran abrazo
HOLA QUERIDA FELICIDAD
ResponderEliminarMAGNIFICO RELATO QUE NOS MUESTRA UN PERFIL DEMASIADO AMARGO PERO TAN REAL, TAN VIVIDO, PORQUE TODOS CONOCEMOS EN EL FONDO ESAS HISTORIAS DE AMORES Y DESAMORES, DE ABANDONO, DE LUCHA POR SOBREVIVIR, DE ARRIESGARLO TODO POR UN HIJO Y LLEGAR A LOS LÍMITES.
NO DEJA DE SORPRENDERME ESE FINAL QUE NOS DEJA TODO UN MENSAJE, ESE NIÑO AL AMPARO DE UNA BUENA PERSONA QUE SE OCUPARÍA DE SU DESTINO.
EXCELENTE AMIGA MIA.
UN BESO BIEN GRANDE.
YA ME PARECÍA A MI QUE ESTABAS AUSENTE PORQUE NO TE VEÍA POR NINGÚN LADO, PERO COMO YO VOY TAN LENTA... TE IMAGINAS... BUENO UNA ALEGRÍA VOLVER A LEERTE.
CARIÑOS Y ABRAZOS.
Mi querida Luján, la lucha por sobrevivir a diario ya es una ardua y compleja aventura. Pero hay vidas que lo han tenido y, por desgracia, lo tienen mucho más complicado. Creo que a pesar del dramatismo y la tragedia que pueda existir en la historia hay un leve resquicio a la esperanza.
EliminarMe alegro siempre encontarme contigo amiga.
Gracias por tu presencia y tus palabras.
Un gran y muy cálido abrazo
Es increíble la capacidad que tienes para hacernos sentir cada letra de unas historias tan vivas
ResponderEliminarEs un auténtico placer pasearme nuevamente por tu casa me he de poner al día en cuanto tenga tiempo
Un besote
40añera, es una alegría verte por el Café Literario mi querdia amiga.
EliminarGracias por tu comentario y feliz de encontarte de nuevo.
Un gran y cálido abrazo
Me pregunto cuantas historias asi se desarrollan en la vida real, creo que muchas mas de lo que nos imaginamos.
ResponderEliminarFelicidad tienes un gran talento y es un placer leerte.
Una alegria enorme tu visita y tus palabras en mi espacio, gracias.
Un abrazo grande.
Betty, a veces entre la realidad y la ficción apenas existe una delgada línea difícil de determinar.
EliminarGracias por visitar el Café Literario y dejar tus amables palabras.
Un gran abrazo hasta México.
Felicidad que gran placer leer tus realatos llenos de vida. Hay muchos Ezequieles navegando por la vida.
ResponderEliminarUn gran abrazo querida amiga.
Diego, gracias por tu visita, es un honor contar con tu presencia en el Café Literario.
EliminarAgradezco tu lectura y tu comentario, amigo.
Un gran abrazo
Siempre lahumanidad más bella al filo de sus letras, siempre la protección y lo sensible. APLAUSOS.
ResponderEliminarLaura, valoro mucho su comentario y su presencia en este blog.
EliminarEs una alegría y un honor, poeta.
Un gran abrazo
Muy lindo! Leí "el concierto" y me pareció muy interesante.
ResponderEliminarBesos!
Reina momo gracias por tu visita al Café literario y por la amabilidad de dejar tu comentario.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Un gran abrazo
Y detrás de la distancia y sufrumiento había un hijo.
ResponderEliminarEl que hace pasable el presente y da color y calor al futuro.
Enhorabuena de corazón mi querida escritora Felicidad.
Te dejo mi admiración y un montonazo de abrazos positivos.
Mara, así es, pese a la dureza de la vida de los personajes hay un resquicio a la esperanza en este relato
EliminarGracias por tu lectura atenta y por tu tiempo.
Agradezco tu comentario y tus generosas palabras.
Un gran y cálido abrazo
Querida Felicidad, nos has transmitido el suspense y las descripciones de los acontecimientos y personajes de una manera genial. Paseando por tu casa encontré la revista en la que colaboras, ¡¡mis felicitaciones!!
ResponderEliminarUn beso, feliz tarde ;)
Isabel, la revista chilena Verbo (des) nudo tuvo a bien invitarme a participar en su proyecto. La verdad es que me emocionó mucho.
EliminarGracias por leer en este Café Literario y por tus comentarios amiga de Gran Canaria. Una isla a la que amo y que visito siempre que puedo.
Un abrazo muy cercano